Añejos reclamos
Ayer, cientos de personas marcharon para exigirle al Gobierno mejores sueldos y condiciones laborales, así como que se garanticen servicios médicos en hospitales a los que tienen derecho los trabajadores. Esto porque durante las últimas décadas los empleados de empresas privadas, incluso del sector público, se han enfrentado a que sus derechos elementales a la seguridad social se ven vulnerados.
Los servicios de salud, como ejemplo, son deficientes porque los institutos de salud están en crisis financieras y no se les ha invertido para que aumenten su capacidad de atención, mejorando también con ello la calidad del servicio. Actualmente, un trabajador afiliado al IMSS, como ejemplo, tarda mucho tiempo en recibir atención médica; las citas con especialistas tardan muchísimo en otorgarse — hay tiempo de espera de meses—, y esto afecta la salud del trabajador.
En el caso del Issste, mucho se ha hablado de la crisis de este organismo, que no da una atención de calidad y que mucho del problema tiene que ver con el mal manejo —por corrupción— que se ha hecho de los recursos públicos de la dependencia. Todo esto se traduce en malas atenciones a los trabajadores.
Históricamente, México ha competido en atracción de inversiones, poniendo como una de sus mejores ofertas la mano de obra barata, lo cual genera miles de empleos, que luego presumen los Gobiernos; pero estos son de mala calidad y no generan condiciones de bienestar para las familias y sus trabajadores.
Ayer, en el marco del Día del Trabajo, los gremios volvieron a exigirle al Gobierno un cambio de rumbo.