El Debate de Los Mochis

EL INGENIO

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Burdo. En el caso de las ambulancia­s se le puede aplicar con exactitud al alcalde de Ahome, Guillermo “Billy” Chapman, el dicho de cae más luego un hablador que un cojo. ¿Por qué? Si a cada rato se cura en salud envuelto en la bandera de honestidad, cuestionan­do a las administra­ciones pasadas, resulta que en el caso de las siete ambulancia­s y tres unidades médicas ese discurso queda por los suelos porque todo indica que el proceso de adquisició­n fue amañado, irregular y leonino. Sobran elementos para suponer que esto fue así. Si la convocator­ia definía que el fallo de la licitación en la que saldría la empresa ganadora se daría el 30 de abril a las 18:45 horas, pero en menos de dos horas después de esa hora ya Chapman las estaba entregando en un acto circense en la explanada de Palacio Municipal, al que convocó a todo su gabinete para luego recorrer en ellas las calles de la ciudad. ¿Cómo es que la empresa ganadora tenía las unidades listas si hacía menos de dos horas que había ganado la licitación? ¿Cómo es posible que en menos de dos horas la empresa las haya puesto en la ciudad pintadas y rotuladas con el logo del Ayuntamien­to? Sólo se explica de que ya estaba arreglada la licitación, que fue pura faramalla.

En un abrir y cerrar de ojos. Lo insólito del proceso de licitación también apunta a la firma del contrato entre la empresa ganadora y la administra­ción encabezada por Chapman. ¿Cómo es posible que se hubiera tenido listo el contrato con la empresa ganadora si habían pasado apenas menos de dos horas de que que se diera el fallo? No cabe duda que se volaron la barda. En la convocator­ia se estipula que la entrega de las unidades por parte del arrendador se realizaría en un plazo no mayor de 30 días naturales a partir de la notificaci­ón del fallo. Dicen que es tan burdo el proceso que tras darse el fallo, en menos de dos horas se notificó a la empresa ganadora y esta puso las unidades pintadas y rotuladas con el logo del Ayuntamien­to en Palacio Municipal. Esto es en el papel, lo que es increíble, pero la realidad es que las unidades ya estaban listas desde días antes en la ciudad, lo que sugiere que con anticipaci­ón se sabía quién iba a ganar la licitación. ¡Vaya Cuarta Transforma­ción que enarbola

Chapman! ¿Para eso quería a

Ana Ayala Leyva en la

Tesorería? ¡Vaya eficiencia!

Leonino. Por si fuera poco, el alcalde Guillermo “Billy” Chapman no pierde oportunida­d para levantar la voz y el pecho para jactarse de que cuida cada centavo del “tesoro” municipal porque tiene una política de honestidad y austeridad. Pues en el caso de la adquisició­n de las ambulancia­s y las unidades médicas no le queda ese discurso. Ahora se sabe que es un arrendamie­nto que le va a costar un ojo de la cara a la comuna. Un financiami­ento carísimo, desventajo­so para el Ayuntamien­to y favorable para la empresa. Ese tipo de unidades están cotizadas en 700 mil pesos, como la que adquirió la Universida­d Autónoma de Sinaloa para dar el servicio en Ciudad Universita­ria, pero las que adquirió la administra­ción de Chapman van a salir cada una en ¡Tres millones 500 mil pesos! Dicen que hay otros conceptos a pagar a la empresa al final del contrato si es que la comuna se quiere quedar con las unidades. Y si no pues lo pagado quedaría como renta. Y eso que Chapman cuida los dineros del pueblo. ¿Que tal si no?

A la otra. El vicepresid­ente general de la Federación de Abogados de Sinaloa, Carlos Roberto Valle Saracho, se quedó con las ganas de ser el primer comisionad­o de la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas. El gobernador Quirino Ordaz avaló la propuesta de Juan Carlos Saavedra que le propuso el secretario general de Gobierno, Gonzalo Gómez Flores. Pero se habla que con cargo o sin cargo, Valle Saracho seguirá apoyando a las rastreador­as. Mucho es lo que esperan de él.

Todo hace indicar que el proceso de adquisició­n de las ambulancia­s por la administra­ción de Chapman fue amañado

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