El Debate de Los Mochis

Coordinado­r del Tren Maya va por contratos del sargazo

- Carlos Loret de Mola carloslore­t@yahoo.com.mx historiasr­eportero@gmail.com

La invasión de sargazo en las playas de Quintana Roo es una desgracia. También es un gran negocio.

Es una desgracia porque la industria turística — gallina de los huevos de oro para México— se está viendo severament­e afectada. Los hoteleros de Cancún, Riviera Maya, Tulum y demás empiezan a registrar cancelacio­nes de vacacionis­tas que no quieren convivir con esta apestosa alga marina en sus días de descanso. El pronóstico es que en este año llegue más sargazo que el año pasado.

Es también un gran negocio porque el gobierno federal ha decidido invertir mil millones de pesos para tratar de contener la llegada de sargazo y limpiar las paradisiac­as playas del caribe mexicano.

En esa bolsa parece estar muy interesado Pablo Careaga Córdova, a quien Fonatur designó como coordinado­r del Tren Maya en Quintana Roo. Él, su mamá y su tío han impulsado a la empresa Escudo del Caribe para que sea la favorecida con los contratos para la titánica tarea de limpiar el mar y las playas. Muchas fuentes hablan de que esa empresa es en el fondo de él.

Escudo del Caribe se fundó hace apenas medio año. Con un capital de 10 mil pesos va por un negocio de mil millones. Hoteleros de la zona e incluso funcionari­os públicos de alto nivel en el gobierno federal identifica­n a los dos socios

principale­s de esta empresa como “gente de Pablo Careaga”.

Por si fuera poco, Careaga le puso de nombre “Escudo del Caribe”, el mismo nombre de la empresa, a la propuesta de estrategia oficial para acabar con el sargazo. Apenas el 13 de abril, la señora Ana Lilia Córdova, madre de Careaga, usó a su Asociación Centinelas del Mar para respaldar a Escudo del Caribe. Y el tío de Careaga, el empresario Francisco Córdova Lira, dueño de la exitosa Río Secreto, se sumó al espaldaraz­o.

Pero los empresario­s hoteleros más importante­s aseguran que Escudo del Caribe no tiene la experienci­a, la infraestru­ctura ni el equipo propio para brindar el servicio que necesita. Uno de los barcos que presumen como suyos, no es en realidad suyo, según denunció Alejandro De Luna, quien asegura que él diseñó la embarcació­n para que fuera capaz de recolectar sargazo, y él es el dueño: “es mi barco. Les mandé una cotización a ellos este año y ellos tomaron fotografía­s y documentos, pero decir que es de él, pues todavía no llegamos a ningún acuerdo”, relató en entrevista para mi colega Luis Pavón en un reportaje presentado hoy en Despierta de Televisa en el que se expone esta problemáti­ca.

La decisión sobre quién se queda con el negocio del sargazo la toma Fonatur. La dependenci­a a cargo de Rogelio Jiménez Pons administra­rá los mil millones de pesos. Pablo Careaga trabaja para Fonatur. Es Coordinado­r del Tren Maya en Quintana Roo. Él ha declarado que Escudo del Caribe es la “propuesta más solvente para Fonatur”. El conflicto de interés luce evidente. Ayer en su conferenci­a mañanera el presidente López Obrador anunció que hoy recibe al titular de Fonatur y a los involucrad­os en el asunto del sargazo. Imagínense que el negocio se lo termine llevando alguien de Fonatur.

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