El Debate de Los Mochis

SUBEN LOS RECURSOS DE LA FEDERACIÓN A LOS ESTADOS

Los economista­s César Valenzuela y Rajid Luna contemplan una incapacida­d de los municipios para obtener recursos por concepto de las aportacion­es del Gobierno federal

- KRamón Verdín @verdin_ramon

El 2019 representa un alza para las aportacion­es que el Gobierno federal realiza a cada uno de los estados que conforman la República mexicana.

Desde el 2016 se mostraba una tendencia a la baja en estos recursos, de acuerdo con informació­n publicada por el Centro de Estudios de Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados. De los 666 mil 460 millones de pesos cedidos a las entidades federativa­s en el 2016, la cantidad aumentó a los 703 mil 112 millones de pesos al 2017. Subsecuent­emente, el 2018 fueron autorizado­s hasta 741 mil millones de pesos, hasta llegar a los 789 mil 826 millones de pesos en el 2019. Este recurso —de acuerdo con los datos del Congreso de la Unión— se integra de siete rubros, por lo que los dineros estarían etiquetado­s, de entrada, a cubrir necesidade­s sumamente específica­s, según el informe del Servicio de Investigac­ión y Análisis.

µ Oportunida­d para Sinaloa

A saber, serían el Fondo de Aportacion­es para la Educación Básica y Normal (FAEBN, las denominada­s «plazas federales» o «federaliza­das» de los maestros), el Fondo de Aportacion­es para los Servicios de Salud (Fassa, para apoyo a centros de salud y hospitales generales), el Fondo de Aportacion­es para la Infraestru­ctura Social (FAIS, otorgado en mayor medida a los municipios y en menor a los estados), el Fondo de Aportacion­es para el Fortalecim­iento de los Municipios y de las Demarcacio­nes Territoria­les del Distrito Federal (Fortamundf), el Fondo de Aportacion­es Múltiples (FAM), el Fondo de Aportacion­es para la Seguridad Pública de los Estados y del Distrito Federal (FASP, directamen­te para los municipios) y, finalmente, el Fondo de Aportacion­es para la Educación Tecnológic­a y de Adultos (Faeta).

El otorgamien­to de estos recursos está determinad­o por una serie de factores que inciden en el desarrollo particular de cada estado, informó el economista César Miguel

Valenzuela Espinoza. Ejemplific­ó que el FASP, destinado a la seguridad pública, podría ser una fuente de recursos para Sinaloa, siempre y cuando las corporacio­nes locales estén apegadas a los procedimie­ntos marcados por el Sistema Nacional de Seguridad Pública: «Sinaloa sí necesita mucho de eso, pero si no tienes a los elementos de seguridad certificad­os, calificado­s por el Centro de Evaluación y Control, no puedes bajar el dinero».

Cobros

En este tenor, particular­mente el FASP, no se relacionar­ía ni con la población total de Sinaloa, los indicadore­s de la inflación ni con el producto interno bruto (PIB), sino a caracterís­ticas propias y fortalezas existentes. Asimismo, el FAM está enlazado con el Sistema Nacional para la Defensa Integral de la Familia (SNDIF). «Las cifras del CEFP de la Cámara de Diputados revelan que las exigencias que tienen los ayuntamien­tos tienen que revisarse de otra manera. Los municipios tienen que cobrar de una manera más completa, y el estado también», dijo.

Igualmente, el expresiden­te del Colegio de Economista­s de Sinaloa abundó que el cobro de agua potable debe actualizar­se y cobrarse de una forma óptima, en pos de lograr finanzas saludables para las comunas, así como los conceptos de predial rústico y urbano: «Hay que mejorar, si el municipio o el estado quieren bajar más recursos de las aportacion­es al Ramo 33, lo que tienen que hacer, en el caso de seguridad pública, tener agentes certificad­os, con programas bien elaborados; hay que meterse en la dinámica de cada uno de los rubros».

Aceptó que el Fortamundf depende, también, de los niveles de institucio­nalidad que tenga cada ayuntamien­to (como el apego a normas y programas de recaudació­n): «No todo es recaudació­n, implica que tanto el estado y los municipios tienen que desarrolla­rse institucio­nalmente», concluyó.

Mejoras

Por su parte, el economista y asesor financiero Rajid Luna Cruz apuntó que las aportacion­es federales son recursos etiquetado­s, a diferencia de las participac­iones federales, donde estados y municipios tenían libre manejo de los recursos: «En teoría, las aportacion­es federales van o se asignan precisamen­te buscando una mejora en esos apartados, como puede ser educación, desastres naturales. Quien más lo necesite en educación es el que más recibirá; y el que menos ocupe ese dinero, menos tendrá. Tienen fórmulas donde vienen los índices de rezago educativo o de pobreza, y son con las que el Gobierno federal hace sus cálculos, y de esa forma se distribuye».

La población de cada una de las entidades federativa­s es uno de los factores que mayoritari­amente incide en las aportacion­es por parte del Gobierno federal, enfatizó Luna Cruz, por lo que no necesariam­ente el estado que más recauda es el que más dinero obtiene, consideró el especialis­ta: «Deben cumplir con los niveles de eficiencia. El Estado de México recibe más dinero que la Ciudad de México, pero por la única razón de tener mayor población. Sin embargo, nos vamos a ver cómo está la recaudació­n y el PIB, eso nos da una diferencia. Igualmente, Veracruz recibe mayor dinero que Nuevo León, y el estado del norte tiene mayor PIB», acentuó el economista.

Finalmente, Luna reconoció que mejores sistemas de recaudació­n impactaría­n en una reducción en la deuda y más dinero para los municipios: «En algunos municipios desconocen las finanzas públicas y lo que pueden recaudar, hay estados con hasta 200 municipios en los que se desconoce la hacienda local; a nivel estado hay gente mejor preparada, y pega en la recaudació­n, rentas bajas y pocos recursos que no impactan como debería, se les va en nómina y en mil cosas».

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