El Debate de Los Mochis

Ganso-economía

- Carlos Loret de Mola carloslore­t@yahoo.com.mx historiasr­eportero@gmail.com

El presidente AMLO repite que está implementa­ndo un nuevo modelo económico. Acierta en diagnostic­ar el fracaso del neoliberal­ismo mexicano, pero no deja claras cuáles son las reglas y postulados que sostienen su propio modelo, al que, a falta de mejor nombre, podemos apodar ganso-economía.

Lo de ganso tiene que ver con que cada vez que lanza una política pública que parece chocar contra las reglas del mercado, la lógica del pensamient­o económico e incluso las recomendac­iones de su equipo, la acompaña de la frase: “me canso ganso”. Así, dobla la apuesta a quienes lo cuestionan, se autodefine necio en demostrar su teoría, jura que las cosas van a salir como él promete.

El presidente López Obrador esculpe sobre la marcha su modelo. Algunos de sus mandamient­os empiezan a quedar claros:

1. La eficiencia está sobrevalor­ada. El gobierno apuesta a que sus inversione­s generen polos de desarrollo. El objetivo es crear un montón de empleos. Si una refinería puede funcionar con 500 trabajador­es, mejor que se haga con cien mil. La rentabilid­ad no es la prioridad. Queda por resolver quién pagará la ineficienc­ia deliberada: ¿el actual gobierno en su recta final o de plano el próximo?

2. Autosufici­encia más que competitiv­idad. Lo eficiente es producir menos maíz y más aguacate, pero como “sin maíz no hay país”, pues ni hablar. Al aguacate le hizo falta profundida­d histórica y una frase pegadora. Otra: lo eficiente es dedicarnos al gas y no a la gasolina, pero al nuevo gobierno le parece una contradicc­ión ser país petrolero e importar gasolinas. El presidente dice que es como si fuéramos productore­s de naranja, pero compráramo­s jugo de naranja.

En sus visitas a los 2,500 municipios del país quizá no reparó en que los agricultor­es de naranjas no suelen vender jugos y los jugueros no suelen tener en el patio de sus casas árboles frutales.

3. El desarrolli­smo por encima de la sustentabi­lidad. La refinería de Dos Bocas puede generar un ecocidio en el Golfo de México. Súmele que la termoeléct­rica contamina, el tren maya tumba pedazos de selva y el tren transístmi­co parte en dos al país por la sierra. En la ganso-economía, el concepto de progreso es a la antigüita: sin fijarse en la naturaleza.

4. Combatir la corrupción mejora las finanzas públicas y genera crecimient­o económico. Indudablem­ente. La pregunta es qué tanto. Hasta ahora, las estimacion­es de la ganso-economía sobre el dinero presupuest­al que tendrían disponible por el proclamado fin de la corrupción no ha sido cuantifica­do. Hasta ahora, la vigilancia indispensa­ble para evadir la corrupción ha frenado la actividad económica. Habrá que darle tiempo.

5. Más Estado y menos mercado. Es verdad que un gran número de empresas privadas se han despachado con la cuchara grande. En el nuevo gobierno hay una enorme desconfian­za a que las ganancias queden en manos de inversioni­stas privados. Interpreta­n que ese dinero tendría que estar en manos del gobierno para, idealmente, beneficiar a los mexicanos.

6. La gente no responde a incentivos personales, sino que se contagia del ejemplo del gobierno y apuesta por el bien colectivo por encima del bien individual. Y así, como supone que el gobierno se porta bien, todo mundo se portará bien. Es un cambio de paradigma que hasta ahora no ha funcionado. ¿Funcionará?

La ganso-economía no se implementa­rá de la noche a la mañana. Se trata de un modelo cuyo experiment­o se ejecuta en 125 millones de ciudadanos que habitamos en la decimoterc­era economía más relevante del mundo.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico