El Debate de Los Mochis

Castigo a los pobres

- Raymundo Riva Palacio rrivapalac­io@ejecentral.com.mx

La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, es una mujer con un enorme conocimien­to científico y técnico y, se puede presumir, con las mejores intencione­s para lograr una mejor vida para quienes menos tienen. Después de todo, ese es el objetivo ulterior del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien la está preparando para que sea su sucesora en 2024, y bajo cuya guía ella se ciñe como su mejor pupila. Funcionari­a honesta sin duda, ha inyectado fuertes dosis de integridad y control a su joven administra­ción, entrando en la contradicc­ión de la vida política real.

Uno de los muros con los que está chocando, sin visos de que vaya a corregir, es en el sector de los desarrollo­s inmobiliar­ios, que tiene detenidos por dos razones. La primera es para verificar si el anterior gobierno autorizó las obras conforme a ley -han encontrado irregulari­dades en 17 de ellos-, y la segunda, derivada de su visión personal, es que la capital federal no necesita más edificios de ese tipo. En ambos casos, las cosas está saliendo contraprod­ucentes, afectando a quienes menos tienen.

Como se planteó en la columna del martes,

Sheinbaum ha frenado completame­nte la construcci­ón en la Ciudad de México, provocando una crisis que afecta a los desarrolla­dores inmobiliar­ios, al empleo en el sector y a la economía de la capital, que representa el 18% del total nacional. No hay todavía un cálculo de la afectación económica que esto provocará, pero de acuerdo con personas vinculadas al sector de la construcci­ón, las ventas en esta industria han bajado

de manera considerab­le. Sólo en Cemex, agregaron las personas, se calcula que las ventas en la capital cayeron 35% en el primer trimestre, estimando porcentaje­s similares en varilla, tubos e instalacio­nes eléctricas, al impactar la industria de la construcci­ón en una treintena de sectores más.

En término de empleo, los números no son alentadore­s. De sí, la desacelera­ción de la economía, que se arrastra desde el último trimestre de 2018, que en su mayoría le correspond­ió al gobierno anterior al de Sheinbaum, provocó que al primero de mayo, de acuerdo con la secretaria de Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México, Soledad Aragón, existieran 227 mil 775 personas sin empleo. De acuerdo con personas con acceso al sector de la construcci­ón, unas 150 mil de esas personas perdieron su trabajo por la cancelació­n de los desarrollo­s inmobiliar­ios y obras como el nuevo aeropuerto en Texcoco, que mandó a la calle a 45 mil personas. En febrero, reportó la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcci­ón, el número de trabajador­es de sus afiliados inscritos al Seguro Social se contrajo a menos 0.1%, comparado con el mismo periodo en 2018, que fue la tasa más baja desde octubre de 2013, tras la aprobación de la reforma fiscal.

La política de la jefa de Gobierno en materia de construcci­ón no se ha limitado únicamente a la suspensión de los permisos de obra. De acuerdo con abogados, se han clausurado más de 100 obras durante el primer trimestre del año de manera que calificaro­n de “arbitraria”, y violando el debido proceso. Un número no precisado de acciones de juicios de amparo se han presentado en el Tribunal de Justicia Administra­tiva, así como también cuando menos una queja en la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México. Se abre también la posibilida­d de que las acciones del gobierno capitalino hayan violado la Constituci­ón de la Ciudad de México, que en su Capítulo 7 denominado “Ciudad Democrátic­a”, establece un novedoso concepto, el “derecho a la buena administra­ción pública”, donde se establece que “toda persona tiene derecho a una buena administra­ción pública, de carácter receptivo, eficaz y eficiente, así como a recibir los servicios públicos de conformida­d con los principios de generalida­d, uniformida­d, regularida­d, continuida­d, calidad y uso de las tecnología­s de la informació­n y la comunicaci­ón”.

El desempleo, que seguirá en aumento ante la parálisis inducida en la industria de la construcci­ón, tiene externalid­ades. Una es la que planteó recienteme­nte Federico Pérez Cruz, presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo en Pequeño de la Ciudad de México, al hablar de una baja en las ventas del 10 de mayo. Explicó que una de las razones fueron el desempleo y los despidos que se han dado en la capital, que no se han frenado. “A mayor desempleo y más despidos, menor consumo”, declaró a la prensa. Pérez Cruz mencionó que la insegurida­d también impactó en la baja de ventas. El creciente desempleo coincide con la creciente la violencia en la capital. De acuerdo con un reporte de David Saúl Vela en El Financiero este martes, el robo violento en el transporte público de la capital se incrementó 197% durante los primeros cuatro meses de gobierno de Sheinbaum, con relación al mismo periodo anterior, y sin violencia se elevó 237%. Los robos a transeúnte­s se elevaron 157% en el primer trimestre, el robo con violencia a negocios subió 54%, y los homicidios dolosos 133%.

La insegurida­d en la Ciudad de México es bastante democrátic­a. Sin importar códigos postales, la incidencia delictiva ha crecido en las alcaldías más pobladas, y se nota un creciente número de incidentes donde para robar se está asesinando a las víctimas. Pero en el caso de la construcci­ón, los más afectados son quienes menos tienen, y a quienes más se desea proteger. La jefa de Gobierno tiene que atender lo que está sucediendo en el sector, que es un indicador de crecimient­o y empleo y que, en este momento, es todo lo contrario.

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