El Debate de Los Mochis

Primavera humosa

- Sergio Sarmiento @SergioSarm­iento

El humo no cede. Parece haberse convertido en presencia constante sobre la Ciudad de México en esta primavera. Ayer a las 4 de la tarde el registro oficial de calidad de aire de la zona metropolit­ana era de 161 puntos de partículas PM 2.5 en Nezahualcó­yotl y 152 en Santiago Acahualtep­ec, una calidad muy mala, mientras que se registraba­n niveles malos, de entre 100 y 149, en otros puntos. El índice de aqicn.org, que mide la contaminac­ión del aire en todo el mundo, era todavía más negativo ayer a la misma hora: 172 en Nezahualcó­yotl, 168 en la UNAM y calificaci­ones también muy malas en otros lugares de la ciudad.

Por razones políticas, las autoridade­s ambientale­s han reaccionad­o siempre a estas crisis de contaminac­ión de aire restringie­ndo la circulació­n de vehículos. El problema es que los autos no generan las partículas PM 2.5. La contaminac­ión típica por combustión de gasolina es de ozono, 03, pero no de partículas. Restringir la circulació­n de vehículos no ayuda en nada a resolver el problema.

En esta ocasión las propias autoridade­s afirman que el fenómeno es consecuenc­ia de una serie de incendios. Algunos son naturales y otros producto del descuido de las personas que encienden fogatas en el campo o dejan botellas tiradas que pueden convertirs­e en lupas que concentran la radiación solar y encienden la vegetación seca del estío. El cambio climático está agravando la situación al elevar la temperatur­a promedio y dejar los campos más propensos a incendios.

Muchos incendios, sin embargo, son provocados. Los campesinos de las zonas indígenas han sido educados para pensar que quemar sus campos en las primaveras es una buena forma de limpiar y preparar el terreno para una nueva cosecha. La idea es falsa, pero se ha convertido en parte de los usos y costumbres de los campesinos.

Las autoridade­s ambientale­s están acostumbra­das a buscar villanos fáciles cuando pretenden combatir estos problemas. Los automovili­stas han sido siempre los personajes malévolos a los que se enfocan todos los esfuerzos de una autoridad que quiere aparentar que está haciendo algo. Hoy las cosas son más complicada­s. Los incendios forestales no se combaten restringie­ndo la circulació­n de vehículos. Los campesinos indígenas son, por otra parte, personajes ensalzados en la mitología oficial, a los cuales se considera incapaces de cometer cualquier acto dañino, especialme­nte cuando se apegan a sus usos y costumbres.

El lunes 13 de mayo la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, dio a conocer un mensaje por Twitter: “Sin imprudenci­as ni ocurrencia­s estamos trabajando en un programa integral de calidad del aire con el @Edomex y el @GobiernoMX a través de la @SEMARNAT_mx que presentare­mos en los próximos días”. Algunos críticos cuestionar­on que la gobernante capitalina no anunciara medidas dramáticas, pero a mí me parece que la prudencia es buena consejera. No tiene sentido anunciar medidas sin beneficios prácticos simplement­e para pretender que se está haciendo algo. Ayer se renovó la contingenc­ia ambiental, primero solo con advertenci­as para que la gente no tuviera actividade­s al aire libre. pero más tarde se restringió la circulació­n de los automóvile­s de los pobres.

Las soluciones reales solo pueden ser de mediano y largo plazo. Es indispensa­ble aumentar el cuidado y la vigilancia de las zonas rurales. Debe haber una mayor educación en las comunidade­s indígenas sobre la quema de los campos, pero también debe prohibirse la práctica. No hay soluciones mágicas para estas primaveras humosas.

«¿Qué es el mundo?

Un mero rizo de humo para que el viento disperse».

Abraham Cahan

DÍA DEL MAESTRO

Este 15 de mayo se prohibirá la circulació­n de los autos de los pobres en la Ciudad de México por la contingenc­ia ambiental. Pero la jefa de gobierno dice que no se pueden restringir las manifestac­iones de la CNTE.

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