Ensombrecido festejo en el campo
Los agricultores de Ahome celebraron ayer su día en medio de la exigencia de seguridad tanto personal y de sus propiedades como de la comercialización de sus cosechas que están levantando del ciclo otoño-invierno. Si bien es cierto que la fecha es de fiesta, de olvidarse de los problemas para dar paso a la diversión, esto se ensombrece por lo que está pasando en el campo en el que los delitos, como el robo hormiga, no paran y los problemas de comercialización del maíz y trigo no se resuelven.
La mayor preocupación de los agricultores es que ni aunque se establezcan acuerdos con las más altas autoridades del país en el sector se resuelven los problemas. Por el contrario, parecen complicarse más.
Los agricultores son los que producen lo que en millones de hogares se consume de alimento a diario. Ese es su valor, lo que parece que gobiernos de un color y otro no toman en cuenta. Es cierto que este nuevo gobierno apenas va empezando, pero a como se ve el discurso no lo aterrizan para que los productores vean una luz en su camino. Es una asignación pendiente de la nueva administración federal.
Sin embargo, es el momento para recargar baterías y no perder la esperanza de que haya una rectificación en beneficio de los hombres del campo. No es mucho pedir. Es de justicia.