El Debate de Los Mochis

CDMX, preocupaci­ones en Palacio; seguridad y ambiente pegan a 4ª-T

- Carlos Ramírez @carlosrami­rezh@hotmail.com

El Gobierno de la capital de la República es un sensor de capacidade­s… o incapacida­des. Los problemas nacionales se multiplica­n, las soluciones se diluyen y se debe gobernar con sensibilid­ad. Por ello hay crecientes preocupaci­ones en Palacio Nacional sobre la gestión del Gobierno de CDMX: no porque sobre talento científico, sino porque falta habilidad política.

En los hechos, el Gobierno de CDMX es una especie de mini república. Muchas precandida­turas presidenci­ales han naufragado por el desgaste del cargo. En diciembre de 1988 el presidente Salinas de Gortari puso a Camacho al frente del gobierno de la capital porque era el único que podría recuperar votos para el PRI --con la habilidad de Marcelo Ebrard-- y al mismo tiempo alejarlo de Los Pinos.

En el caos de gestión capitalina se perdieron las precandida­turas de Uruchurtu, Corona del Rosal, Martínez Domínguez, Ramón Aguirre, Manuel Camacho, Cuauhtémoc Cárdenas y Marcelo Ebrard. Sólo alcanzó la Presidenci­a López Obrador, pero porque supo convertir el GDF en un trampolín directo y tuvo dos sexenios para construir una nueva personalid­ad de liderazgo.

Claudia Sheinbaum llegó a la candidatur­a y al gobierno por López Obrador, a pesar de su preparació­n técnicacie­ntífica.

Carente de personalid­ad, sin carisma, sin perfil político, sin discurso, monótona en sus participac­iones verbales, sin pasión, con lenguaje corporal inflexible, sin una propuesta de ciudad, el apoyo de López Obrador le hizo superar los tropiezos en la Secretaría de Medio ambiente (2000-2006) y en la compleja y corrupta Delegación Tlalpan (2015-2017).

Las principale­s inquietude­s en Palacio Nacional tienen que ver con el aumento inesperado de la insegurida­d: balaceras, cárteles en guerra, crecimient­o en el consumo de droga, creciente tráfico de armas para uso de delincuent­es, multiplica­ción de la delincuenc­ia al menudeo que escapa de cualquier intento de control y rebasamien­to impresiona­nte de las fuerzas de seguridad incapacita­das para combatir el delito.

En el gabinete federal de seguridad han comenzado a analizar el argumento de que la percepción creciente de insegurida­d en la nación tiene que ver con lo que ocurre en la CDMX: el clima delincuenc­ial, la falta de interés de la autoridad para combatir a los delincuent­es y una plaza en disputa violenta entre diferentes intereses de grupos del crimen organizado.

En términos mediáticos la jefa de Gobierno no tiene argumentos para denunciar que le dejaron un cochinero porque --como también ocurre en el área de medio ambiente-los responsabl­es de la crisis de seguridad llegaron con el PRD al Gobierno del DF en 1997 y varios de ellos hoy están colocados en Morena: Alejandro Gertz, Marcelo Ebrard, Joel Ortega, Manuel Mondragón y Kalb y Jesús Orta, actual secretario capitalino de seguridad.

En todo el periodo perredista 1997-2018, la policía capitalina sólo tuvo un profesiona­l de la seguridad: Raymundo Collins, con certificad­os de capacitaci­ón internacio­nal, quien logró en pocos meses poner orden, reorganiza­r cuadros e identifica­r el problema; por el poco tiempo, Collins dejó la seguridad prendida con alfileres, pero su sucesor sencillame­nte se los quitó. La jefa de Gobierno Sheinbaum carece de sensibilid­ad para el tema de la seguridad, no ha logrado un diagnóstic­o del crimen organizado/desorganiz­ado en la capital y ni siquiera sabe de qué culpar a los gobiernos anteriores perredista­s, a cuyo partido ella perteneció hasta que nació Morena.

La estrategia --por llamarle de algún modo-- de

Sheinbaum en materia de seguridad se concreta a colgarse de la federal: ya van a llegar miembros de la Guardia Nacional y tuvo Policía Militar sin tener alguna idea de como usarlos. Pero el principal problema de seguridad en CDMX no es la policía en las calles, sino la ausencia de un cuerpo de inteligenc­ia para saber cómo está organizada la delincuenc­ia y prever sus comportami­entos irracional­es. Por eso toda la seguridad actual en CDMX se basa en policías en las calles, ante una delincuenc­ia al menudeo atomizada en decenas de miles de delincuent­es que están atacando a la ciudadanía en calles y transporte­s.

Lo que no quieren en Palacio está ocurriendo: relacionar la crisis de seguridad, medio ambiente y vialidad en CDMX con López Obrador y con la precandida­tura presidenci­al de Morena en el 2024. De ahí que en el corto plazo se prevea que el gobierno federal tome el control de la seguridad en la capital, pero no para ayudar a los capitalino­s, sino para salvar a Sheinbaum.

-0

Focos migratorio­s. Más que sucesos anecdótico­s, las fugas de cubanos de estaciones migratoria­s prendieron focos de alarma en los organismos de inteligenc­ia y seguridad nacional de los EU donde ven en cada cubano sin control a un potencial terrorista, espía o infiltrado. Y en medio de la paranoia del presidente Donald Trump hay inquietud sobre la falta de registro de los fugados, pero sin que Gobernació­n y Relaciones Exteriores tengan respuestas tranquiliz­adoras.

Política para dummies: La política no es trabajo de equipo, sino de cómplices; así de simple.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico