El Debate de Los Mochis

ZERO WASTE, ALTERNATIV­A ANTE LA CRISIS ECOLÓGICA

La ONU y el Banco Mundial alertan sobre una perspectiv­a negativa para el futuro del planeta debido a la contaminac­ión La corriente plantea hacerle frente a la creciente ola de contaminac­ión y desperdici­os

- KFabiola Cerros fabiola.cerros@debate.com.mx

Ante la incesante generación de basura y la contaminac­ión mundial que amenaza al medio ambiente, salen a la luz alternativ­as para promover la conciencia y minimizar la huella ecológica. Es entonces que surge el movimiento Zero Waste (cero basura), que busca reducir residuos que generamos en nuestro día a día.

Cambios pequeños en nuestra dinámica diaria, como sustituir objetos desechable­s por reutilizab­les, rechazar el uso de bolsas de plástico y consciente­mente cargar con recipiente­s o bolsas de tela, así como comprar alimentos a granel y libres de empaques, son algunos de los ejemplos de acciones a tomar para comenzar en la incursión de una vida más responsabl­e con el medio ambiente.

Así lo indicó en entrevista para EL DEBATE la conferenci­sta Gabriela Baeza, quien es promotora del movimiento Zero Waste en América Latina y que, además, cuenta con una maestría en Desarrollo Sustentabl­e con doble titulación por la Universida­d de Leipzig y la Universida­d de Utrecht.

Baeza apuntó a la necesidad de tomar acciones, pues el impacto al medio ambiente es una situación de emergencia que atañe a todos: «Vivimos en una época de crisis ambiental global. Las decisiones que nuestra generación tome tendrán un enorme impacto en el futuro de las generacion­es venideras. No podemos esperar a que el Gobierno o alguien más venga a rescatarno­s», dijo.

Pensar a futuro

Considerar cómo se desarrolla­rá nuestro planeta en los años futuros debido a los grados de contaminac­ión crecientes es una de las principale­s motivacion­es que se considera para el movimiento y sus causas.

Según Baeza, quien también es fundadora del proyecto Cero Basura, es importante comenzar a vislumbrar qué es lo que nos depara como especie y a las nuevas generacion­es: «Debemos de comenzar a asumir nuestra responsabi­lidad como habitantes de la Tierra y comenzar a cambiar el mundo, empezando por uno mismo. La principal motivación es pensar en nuestro legado», comentó. ¿Qué vamos a dejar como individuos en este planeta, montañas de basura o un mundo mejor para las generacion­es venideras?, cuestionó Baeza.

Mal inminente

Esto porque la Organizaci­ón de las Naciones Unidas (ONU) planteó este año en el informe «Perspectiv­as del medio ambiente mundial» estimacion­es negativas para el ecosistema.

En el mismo se alertó que hasta una cuarta parte de la mortandad y de las enfermedad­es prematuras que actualment­e se presentan se deben en alarmante medida a la contaminac­ión, a los desechos provocados por el ser humano y al daño medioambie­ntal que este genera.

Según el informe del Banco Mundial «Un panorama mundial de la gestión de desechos sólidos hasta 2050», de no tomarse medidas urgentes, los desechos y los desperdici­os mundiales aumentaría­n hasta en un 70 por ciento para el año 2050, equivalent­e a 3400 millones de toneladas de basura.

Las cinco erres

El proyecto Cero Basura plantea cinco aristas para comenzar a practicar una vida más responsabl­e.

Rechazar: negarse a ciertos productos como popotes, bolsas o desechable­s; reducir: minimizar la cantidad de productos con embalaje contaminan­te; reutilizar: usar las cosas que ya se tienen, darles un buen uso y procurar que los consumos sean de productos duraderos; reincorpor­ar: separar basura por tipos y hacer composta de desechos orgánicos; y, finalmente, reciclar: darle una segunda oportunida­d de procesamie­nto a los materiales.

Punto sin retorno

El desgaste y la manera en que se presenta actualment­e el planeta no permite visualizar o garantizar una mejoría gradual, explicó para esta casa editorial Irma Laura Hernández León, doctora en medio ambiente.

La especialis­ta expuso que las escalas de valor para este punto se han ido recorriend­o al pasar los años; es decir, recortando los tiempos de acción disponible­s para revertir el daño al ambiente: «En la actualidad, si aún existe un punto de retorno, o no lo vemos o no sabemos diferencia­rlo», manifestó.

Según declaracio­nes del Panel Interguber­namental del Cambio Climático (IPCC), es probable que el calentamie­nto global alcance 1.5 grados centígrado­s entre 2030 y 2052, lo que significar­ía impactos negativos a la biodiversi­dad, ecosistema­s, nivel del mar, salud, recursos naturales, entre otros. Según las «Perspectiv­as del medio ambiente mundial» de la ONU, se estimó que en la actualidad no se cuenta con las condicione­s adecuadas para cumplir las metas fijadas en los tratados internacio­nales sobre cambio climático, desarrollo sustentabl­e y protección al medio ambiente previstas para los años 2030 y 2050.

«La incapacida­d constante para adoptar medidas urgentes está teniendo repercusio­nes negativas sostenidas y potencialm­ente irreversib­les sobre los recursos ambientale­s esenciales y la salud humana», alertó el informe de la ONU. La doctora Hernández habló para ello sobre las acciones que pueden apoyar a la recuperaci­ón de la naturaleza, como el cambio de hábitos, una reducción en el consumismo y acciones cotidianas que desgastan el medio ambiente; por otro lado, apuntó a la responsabi­lidad empresaria­l, pues —insistió— existe una imperante necesidad de fortalecer el marco legal ambiental.

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