Descobijan nuevas medidas al INAH
Luego de la extinción del Fideinah por decreto presidencial, director del INAH busca nuevos esquemas de inversión para cumplir compromisos
En mayo de 2016, el Gobierno federal dejó de aportar recursos al Fideinah (Fideicomiso para el Fomento y la Conservación del Patrimonio Cultural Antropológico, Arqueológico e Histórico de México). Desde entonces, los únicos ingresos provenían de los intereses devengados de las inversiones hechas por el fiduciario, Banjército.
A pesar de que este mecanismo permitía al INAH atender contingencias y el rezago en mantenimiento que el Instituto enfrenta en sus diversos recintos, no logró la excepción al decreto presidencial de extinción de fideicomisos públicos del 2 de abril.
“Buscar mejores esquemas”, fue la solicitud que le hicieron a Diego Prieto, director de la dependencia. Todo fideicomiso -que no en el caso del INAH, ataja el antropólogo- puede prestarse a “cuestiones de opacidad”.
“(Pero) no profundicé más en el tema”, admite el funcionario en entrevista.
u Cuenta pública
Sin embargo, aclara que el Fideinah nunca fue el mecanismo “panacea” porque sus recursos nunca fueron los suficientes. A pesar de eso, se intentó preservarlo. “Considerábamos que podía ser un instrumento útil, pero hay varias formas de llegar a un mismo objetivo”, justifica.
El rezago en mantenimiento mayor de museos y zonas arqueológicas, reconoce, “es inmenso”. Y ahora toca encontrar un mecanismo que asegure atender las necesidades de inversión en materia de patrimonio. El mecanismo, zanja, se llama “dinero”.
Según la cuenta pública 2019, el total del patrimonio contable del Fideinah ascendía a 601 millones de pesos en diciembre de 2019 y el activo circulante a 297 millones.
Y al 31 de marzo pasado, el saldo disponible era de 105 millones 959 mil 920 pesos. De acuerdo con el INAH, la diferencia entre diciembre de 2019 y marzo de 2020, se debe, entre otros rubros, a la expropiación con fines arqueológicos de predios en Miacatlán, Morelos, en beneficio de la zona arqueológica de Xochicalco, cuyo decreto firmó el presidente Andrés Manuel López Obrador en febrero pasado. Del saldo disponible en el Fideinah, fideicomiso que según la Secretaría de Cultura (SC) se extinguirá una vez se agoten los recursos comprometidos hasta ahora, ya tienen destino 101 millones 985 mil 323 pesos. Y Prieto aún debe consultar con la SC si también puede disponer del remanente de 3 millones 974 mil 598.
Entre los argumentos expuestos por el INAH para solicitar la excepción del decreto de extinción del instrumento a las secretarías de Hacienda y de la Función Pública se refirió que, en 11 años de funcionamiento, se habían expropiado un total de cinco predios en los estados de México, Jalisco y Morelos, así como la compra de 34 bienes inmuebles en diez entidades. Además, se habían atendido 30 proyectos de inversión para dar mantenimiento mayor a museos y zonas arqueológicas, trabajos de conservación y restauración de monumentos históricos.
u Nuevos mecanismos En su argumentación, el INAH también informó que está por adquirir cinco predios en los estados de Tlaxcala, Colima y Chiapas, a fin de proteger y poner en valor los sitios arqueológicos de San Juan Huactzinco, La Campana y Toniná, respectivamente. Y está en proceso de expropiación, por un monto de 30 millones 256 mil 153 pesos, un predio en la comunidad de Santa Cruz Xoxocotlán, en Monte Albán, en Oaxaca. Por otra parte, al mantenimiento y conservación del Museo Nacional de Antropología corresponderán 13 millones 359 mil 999 pesos.
El propósito del Fideinah, explica Prieto, era acceder a recursos que en el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) suelen estar muy limitados.
“Estamos platicando otros esquemas con la SC para que año con año el INAH pueda tener un programa de inversión”, expone. Alentar a patronos podría ser un camino, reconoce. En 2019, ejemplifica, se constituyó el patronato del INAH, que apoyará trabajos en Teotihuacán, en particular en el Templo de la Serpiente Emplumada. “Encontraré lo mecanismos para que se logre”, promete.