El Debate de Los Mochis

Brillante carrera no reconocida

Sammy Sosa batalla para ingresar al Salón de la Fama de Cooperstow­n

- Efrén García Guillén @debate.com.mx

Una historia manchada. El dominicano Sammy Sosa está reconocido como uno de los bateadores latinos de mejor calidad en las Grandes Ligas, aunque su carrera se ha visto dañada por los problemas de esteroides que al parecer usó el exjardiner­o para aumentar su rendimient­o físico y sus explosivas estadístic­as ofensivas.

Su labor

Nacido el 12 de noviembre de 1968 en San Pedro de Macorís, República Dominicana, Sosa jugó con Rangers de Texas y Medias Blancas de Chicago en 1989, su año de debut en Grandes Ligas que culminó con números de .257 con cuatro jonrones y 13 carreras impulsadas en 58 partidos. Los Medias Blancas lo tuvieron hasta 1992 pues al año siguiente lo cambiaron junto con Ken Patterson a los Cachorros de Chicago donde el dominicano jugó 13 campañas, las mejores de su carrera que lo catapultar­on a grandes alturas. Sosa bateó en global con Cachorros para un muy aceptable .285 con 1985 imparables, entre ellos 296 dobletes, 32 triples y 545 jonrones para producir 1414 carreras que lo tienen calificado de las mejores en la franquicia.

En ese lapso, el dominicano fue a siete Juegos de Estrellas con siete Bats de Plata y el premio al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en la campaña de 1998, edición donde bateó para .308 con 198 imparables, 66 jonrones y 158 carreras producidas, superando para tal distinción a rivales como Marc McGwire (.299, 70 y 147 con San Luis), Moisés Alou (.312, 38 y 124 con Houston), Grag Vaughn (.272, 50 y119 con San Diego) y Craigg Biggio (.325, 20 y 88 con Houston).

Lo incómodo

Sammy Sosa, que siempre portó el número 21 en su jersey en honor a su gran ídolo Roberto Clemente, anunció su retiró en 2005 a los 36 años jugando con Orioles de Baltimore, regresando dos temporadas después con Ranges de Texas, campaña en la que jugó 114 partidos con un promedio de .252 con 21 jonrones y 92 carreras impulsadas, pero la dolencia de espalda no le permitió jugar más desde ese 2007.

Sosa ya no regresó a los diamantes y sus números en global quedaron en un promedio de .344 con 2,408 imparables, 609 jonrones y 1,667 producidas, aunque manchados con esos problemas de esteroides que tanto se le acusa pero nadie ha probado. Se recuerda la gran pelea que tuvo con Mark McGwire en 1990 por la marca de jonrones en una campaña de 61 de Roger Maris que finalmente ganó McGwire con 70 dejando a Sosa con 60.

El dominicano ocupa la posición 9 entre los mejores jonroneros donde Barry Bonds continúa a la cabeza con sus 762 estacazos, desafortun­adamente también con acusacione­s de uso de sustancias prohibidas para aumentar su rendimient­o, los que les ha afectado seriamente para no ser exaltados al Salón de la Fama de Cooperstow­n, en un grupo donde también están los cubanos José Canseco y Rafael Palmeiro.

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EL DEBATE Sammy Sosa observa el batazo conectado en juego con Cachorros de Chicago contra Rockies.

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