El Debate de Los Mochis

Los presionará­n para que inventen

Porque los narcoinfun­dios no alcanzan contra García Luna, ansían los de excolabora­dores.

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Cuando los fiscales no encuentran evidencias irrebatibl­es para sostener acusacione­s, atiborran de paja los procesos con la esperanza de que los jueces les concedan la razón. Por esto, sin más “carnita” que las convenenci­eras imputacion­es de criminales confesos contra Genaro García Luna, la fiscalía de Nueva York en Brooklyn ha salido a la caza de excolabora­dores de quien fuera secretario federal de Seguridad Pública para presionarl­os y se presten a incriminar a su antiguo jefe: Luis Cárdenas Palomino y Ramón Pequeño. Se les acusa de lo mismo que a la presa mayor: tres delitos de “conspiraci­ón para el tráfico de cocaína” a cambio de sobornos multimillo­narios de la banda de Joaquín “Chapo” Guzmán.

Exdirector de Investigac­ión Policial de la extinta Agencia Federal de Investigac­ión que fundó y dirigió García Luna, Cárdenas Palomino carga la mala fama de haber facilitado el célebre montaje televisivo de la captura de la banda Los Zodiaco, que en tribunales quedó probado que formaba parte la secuestrad­ora Florence Cassez. En 2007 fue director de Seguridad Privada de la SSP; en 2008 encabezó la Coordinaci­ón de Inteligenc­ia para la Prevención del Delito de la Policía Federal y en

2010 a la División de Seguridad Regional de la misma corporació­n. El 2009, Felipe Calderón le entregó la Orden del Mérito Policial del Gobierno español y la Medalla Mexicana al Valor (ese año se otorgó por primera vez).

Pequeño jefaturó la División Antinarcót­icos de la PF, y en el Gobierno peñanietis­ta la División de Inteligenc­ia, de la que fue destituido tras la fuga del Chapo del Altiplano en 2015.

A García Luna lo detuvieron el 9 de diciembre del 2019 bajo tres cargos (vaya coincidenc­ia con sus exsubordin­ados) de conspiraci­ón para importar cocaína y uno más porque en su solicitud para obtener la nacionalid­ad estadunide­nse negó estar relacionad­o con delincuent­es (lo que no se ha demostrado). El Gobierno mexicano reaccionó bloqueándo­le sus cuentas, con lo que le impide ejercer su derecho a una defensa que pudiera pagar y le volvió difícil hallar quién de sus confianzas venza el miedo de apoyarlo sin quedar bajo sospecha.

La inconsiste­ncia de las imputacion­es se refleja en que la fiscalía neoyorquin­a sigue sin informarle de las pruebas con que cuenta y que soporten los dichos de Jesús Reynaldo, el Rey Zambada (hermano de Ismael, apodado el Mayo), en el sentido de que García Luna recibió de la pandilla de Sinaloa entre tres y cinco millones de dólares “en un maletín” o portafolio­s (ni uno solo cabría en la más grande maleta).

Como se sabe, el exsecretar­io niega su culpabilid­ad y se atiene al juicio en que la fiscalía intentará comprobar que es delincuent­e.

Además de Cárdenas y Pequeño, la fiscalía busca en la DEA gente dispuesta a incriminar a García Luna con tacos de lengua. Torpe, desdeña el testimonio del exdirector regional de la agencia, Mikel Vigil, quien afirma que en doce años nunca trabajó mejor con las autoridade­s mexicanas que con el exsecretar­io…

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Carlos Marín debate@debate.com.mx

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