¿Cómo serán las campañas electorales en el 2021?
Para los political junkies, el miedo de la pandemia provocada por el coronavirus compite con la preocupación por las elecciones del 2021. No se puede pensar una cosa sin que la otra se asome.
La pregunta recurrente es: ¿cómo serán las elecciones electorales en el 2021, en un escenario donde el COVID19 siga con nosotros? Por supuesto que no serán como estamos acostumbrados, sobre todo porque con esta pandemia, ningún candidato o candidata se va a equivocar – por ejemplo- infringiendo las reglas de salud, convocando a sus simpatizantes a eventos masivos, y que esto pueda provocarle un escándalo mediático por exponerlos al coronavirus.
Pero sí hay oportunidades que el COVID-19 nos está ayudando a descubrir en la política, toda vez que las agendas hoy se están digitalizando y, ahora, un político puede estar en Guamúchil, Los Mochis, Guasave y Culiacán al mismo tiempo haciendo campaña.
Y, aunque seguramente este método no será del todo recomendado por los asesores y gurús de la política por ser nuevo y desconocido, es una mutación a la que los milenials en otros ámbitos, como los académicos y laborales, ya estábamos acostumbrados y que va a ser necesaria implementar en las campañas electorales del 2021.
Esos Zoom tan innovadores que hoy presumen diputados, presidentes de partido y funcionarios de Gobierno, desde el 2015, la generación Z - que ya está en condiciones de votar - impusieron con la aparición de los lives en Instagram, videollamadas en Whatsapp y Facetime en Iphone con sus propias reglas, reglas a las que con muchas carencias hoy los políticos actuales se están acostumbrando.
Por el bien de la democracia.
Además, hay que decir que en México son herramientas que antes de la pandemia ya estaban disponibles, pero que los políticos rechazaban a utilizar, y que hoy, previo a las nuevas elecciones y sin ningún otra alternativa, tendrán la obligación de hacerlo.
Las elecciones del 2021 van a encontrar a la política en sus niveles más bajos de credibilidad de la historia, con políticos enredados en los cables de 1990, tratando de encajar en las aplicaciones actuales y, por si esto fuera poco, con una pandemia que les restringirá las selfies con el candidato y los apretones de mano de los eventos masivos. La adaptación a la vorágine que nos ha traído el coronavirus nos invita a reflexionar sobre el rol que todos los actores, actrices e instituciones van a desempeñar, los alcances a los que se pueda llegar y las tendencias a las que tendrán que recurrir para ganarse el voto popular.
Como ejemplo de lo que sucederá en México en este 2021, tenemos las elecciones celebradas hace escasos 20 días en República Dominicana para elegir presidente, senadores y diputados, donde fue necesario desplegar toda una misión electoral logística y política para habilitar los protocolos sanitarios emitidos por la OMS, que serán también en nuestro país la antesala del voto.
El COVID-19 cambiará la dinámica típica de campaña electoral, la mutación de la manera en que se comunican con el votante y la jornada del Día D tendrán el gen del coronavirus en cada paso.
Como diría Alejandro Baricco en su obra del 2019 The game, que comparto: “Hay algo espléndidamente exacto en nuestra sospecha de que aquí no está cambiando algo, sino todo”. Seguiremos hablando del tema, nos vemos en la próxima.