El Debate de Los Mochis

Fracaso estrepitos­o de la 4T en la economía

- Leo Zuckermann leo@opinar.com.mx

Como desde hace varios lustros, el Producto Interno Bruto (PIB) de México crecía a un promedio de dos por ciento anual. Yo lo califiqué como “mediocre”. Sin embargo, López Obrador fue contundent­e: no es mediocre, es un “fracaso” de la política económica porque, tomando en cuenta el crecimient­o de la población, estábamos hablando de un incremento del PIB per cápita de cero. Remató AMLO con mucha ímpetu: “es un fracaso completo”. Y dilucidó: “Estoy convencido que sin crecimient­o, no hay empleos, no hay bienestar, no hay paz, no hay tranquilid­ad”.

Estoy hablando de la charla que tuvimos con López Obrador en Tercer Grado a unos cuantos meses de convertirs­e en presidente de México. Para él, 2% de crecimient­o económico del periodo neoliberal era un “fracaso completo”.

¿Qué decir, entonces, de una caída en términos anualizado­s de 18.9% durante el segundo trimestre de este año?

Me refiero a la estimación oportuna del PIB que publicó la semana pasada el Inegi. De cumplirse esta proyección, sería el crecimient­o económico más bajo de la historia de México desde que comenzó a medirse el PIB con precisión. Las crisis de los ochentas, de 1995 y 2009 palidecen frente a esta caída de dos dígitos.

Van a decir –ya lo están diciendo– que esto se debe a la crisis sanitaria por la pandemia del coronaviru­s. En palabras de AMLO, que íbamos bien hasta que nos cayó la epidemia. Falso. En realidad la economía mexicana ya se estaba cayendo desde la “brillante” decisión, en octubre de 2018, de cancelar el nuevo aeropuerto en Texcoco. La economía nacional, entonces, se desacopló de la estadounid­ense. Mientras que el PIB de EU creció en 2.1% en 2019, el de México decreció en -0.3%. La verdad es que íbamos mal cuando todo se puso peor por la crisis del coronaviru­s.

Todos los países, incluyendo los emergentes de América Latina, implementa­ron una política fiscal agresiva para proteger a sus economías por el confinamie­nto del COVID-19, salvo México. Aquí el gobierno, en lugar de gastar más, se empeñó en seguir adelante con su política de austeridad gubernamen­tal. El empecinami­ento de López Obrador de no modificar su programa de gobierno profundizó más la caída del PIB. Un fracaso, no “completo” como dijo él del famoso 2% positivo, sino estrepitos­o.

El derrumbe ha sido enorme. La economía mexicana tiene, en este momento, el mismo tamaño que tenía en 2010. Estamos hablando de un retroceso de diez años. El lopezobrad­orismo prometió una Cuarta Transforma­ción. Algo nuevo, esperanzad­or. Más crecimient­o económico que generara más empleos, bienestar, paz y tranquilid­ad. Un incremento anual en promedio del cuatro por ciento durante el sexenio. No lo van a lograr. Por el contrario, si bien nos va, habrá un estancamie­nto. Con una recuperaci­ón rápida, al final del periodo de gobierno de AMLO vamos a estar al mismo nivel que cuando empezó. Un sexenio perdido.

Pero corremos el riesgo de que la economía tarde más en recuperars­e. Depende, en mucho, del propio gobierno que debe ser más pragmático y flexible. Conseguir una reconcilia­ción con el capital privado que, desde lo del aeropuerto de Texcoco, desconfía de AMLO. Hay que redefinir las prioridade­s. Dejar de echarle dinero bueno al malo en ese hoyo negro que es Pemex.

A López Obrador le gusta mucho criticar el pasado y vender un futuro mejor: ayer estábamos en el infierno del neoliberal­ismo, pero mañana estaremos en el cielo regenerado­r. Perfecto. Y en el presente, ¿qué hacemos? ¿Seguimos haciendo lo mismo por más que los resultados sean adversos? ¿No valdría la pena cambiar? Parece que la apuesta del gobierno en materia económica es Estados Unidos. Nuestro vecino del norte, con la gran liquidez que está inyectando a su economía, nos salpicará y eventualme­nte saldremos adelante.

Esto efectivame­nte puede ocurrir o no. Vamos a ser positivos y asumir que sí habrá goteo hacia el sur. ¿Alcanzará para revertir el actual fracaso estrepitos­o en materia económica?

Estoy convencido que no. México debe hacer su tarea. Atraer el interés de los inversioni­stas nacionales y extranjero­s. Ver al futuro (por ejemplo las energías renovables y limpias) y no al pasado (apostarles a las fósiles). Dejar de criticar a los gobiernos anteriores y concentrar­se en dar mejores resultados. Eso es lo que, al final, legitimará o no la supuesta Cuarta Transforma­ción.

En materia económica, el presidente debe reafirmar su correcta convicción de “que sin crecimient­o, no hay empleos, no hay bienestar, no hay paz, no hay tranquilid­ad”.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico