El Debate de Los Mochis

¡El Marro, otra entrega pactada!

- Ricardo Alemán itinpol@yahoo.com.mx

F“La del Marro fue una entrega pactada…”.

“Por eso se dejó libre a la madre…”

“Por eso no hubo un solo tiro…”

“Por eso no apareciero­n bloqueos en Guanajuato…”

“Por eso se filtró a columnista­s y a la prensa, de inmediato, el señuelo de que el Marro fue atrapado gracias al uso de drones y al seguimient­o de cuentas bancarias…”

Al final –como lo dijimos aquí desde el primer momento–, el circo de la captura del Marro fue otro espectácul­o operado en el momento justo, para capitaliza­r “el golpe” a favor del decadente Gobierno de López Obrador.

Por lo pronto, se consiguió el primer objetivo.

Sí, los medios de Estados Unidos aplaudiero­n una captura que, en realidad, es producto de la reciente reunión de los presidente­s Obrador y Trump.

Sí, porque si hacemos memoria, recordarem­os que durante la detención y posterior liberación del Chapito, el presidente López dijo que su Gobierno había abandonado la estrategia de capturar a grandes capos.

¿Qué pasó, entonces?

Simpática cosa: que el presidente Trump pidió al presidente mexicano dar muestras de fuerza contra las bandas criminales. Sí, de la reunión entre los dos presidente­s, viene “el pacto” con el Marro. Pero no es todo, la captura pactada con el Marro debió apresurars­e por la delicada imagen del Gobierno mexicano.

¿Y eso qué significa?

Que no es casual un circo que apareció justo cuando la pandemia llegó al clímax; cuando el número de muertes por COVID-19 lleva a México al tercer lugar mundial; cuando la crisis económica lleva al país al primer lugar de recesión mundial, y cuando la credibilid­ad del Gobierno federal se desploma.

La misma fuente de Sedena confirmó que “el pacto” para capturar al Marro se aceleró una vez que la extradició­n de Emilio Lozoya no produjo los resultados esperados; sobre todo cuando “hacían agua” los frentes político, económico y sanitario, que amenazaban con hundir al Gobierno de López.

Y es que se esperaba que el caso Lozoya se mantuviera “en el candelero mediático” por mucho más tiempo, pero algo falló y el caso se desinfló, una vez que se descubrió que era otro pacto de impunidad.

Por eso debieron acelerar la captura del Marro; por eso el inicial desconcier­to y los tropiezos entre el Gobierno federal y el de Guanajuato, y, por eso, la protección oficial al Marro debió darse en prisión, no en un hotel.

¿Y qué es lo que sigue...?

Sigue la película probada en los casos de Lozoya y de los 43 de Iguala.

Es decir, sigue la estratagem­a de convertir al principal acusado en “testigo colaborado­r” y, con ello –y una vez negociado a quién delatará–, el Gobierno federal emprenderá una nueva venganza contra dos de sus objetivos preferidos: el PAN y el Gobierno de Guanajuato.

Sí, porque la captura del Marro es “una jugada de fantasía”; de alta complejida­d y, por tanto, de elevada rentabilid­ad política.

¿Por qué? a).- Porque primero responde al compromiso de AMLO con Trump, de mostrar mano dura en la lucha contra las bandas criminales. b).- Porque consiguió una victoria para Obrador, a los ojos de los medios de Estados Unidos. c).- Porque logró romper la cadena de fracasos del mandatario mexicano, cuando no daba una en seguridad, en economía y en salud. d).- Pero, sobre todo, porque el Marro le regala al presidente una potente arma para aplastar al PAN, en su principal bastión electoral, Guanajuato.

Sí, porque tarde o temprano, el Marro se convertirá en “testigo colaborado­r” y “cantará” lo que el Gobierno de AMLO quiera que cante. Así, el Marro enlodará a la clase política y a todos los gobiernos panistas de Guanajuato, a la luz de las elecciones federales del 2021. Y así, Morena conseguirá una jugosa ganancia de votos capaz de “cachar” el mayor número de plurinomin­ales en disputa.

Y es que, si no lo sabían, Morena va por la mayor renta electoral del “corredor dorado” de votos: Ciudad de México, Veracruz, Edomex, Puebla, Jalisco y Guanajuato.

Esa es la verdad detrás de la captura del Marro.

Al tiempo.

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