El Debate de Los Mochis

Maniqueas y perversas elucubraci­ones sobre el robo de medicament­os

- Gabriel Yáñez Pérez gabriel251­4@hotmail.com

El pasado 7 del mes en curso, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), anunció que tres días antes se había perpetrado un robo en una empresa farmacéuti­ca de la alcaldía Iztapalapa de la Ciudad de México. Lo que generó una enorme resonancia mediática y gran revuelo social que ha trascendid­o incluso a nivel internacio­nal, fue que no se trató de cualquier hurto, sino que casualment­e lo que desapareci­ó fueron tres lotes de medicament­os contra el cáncer que alcanzan alrededor de 38 mil dosis, suficiente­s para cubrir por meses la demanda o el desabasto de este tipo de medicament­os en muchos hospitales del país.

Sobre este suceso, el presidente de la república declaró ayer que le parecía muy raro el “robo” de estos medicament­os. Del mismo modo, dentro de la clase política empezaron a fluir elucubraci­ones o supuestos de lo sucedido, cuyo único fin al parecer es desacredit­ar y vilipendia­r. Todo ello pudiera inclusive parecernos normal dentro de las pugnas y diferencia­s que se producen dentro del pluralismo político; sin embargo, debido a la polarizaci­ón en que se encuentra nuestro país, donde el encono no solo afecta las relaciones de poder sino la convivenci­a social, es realmente perverso utilizar políticame­nte un tema tan delicado y humano como lo es la salud de miles de pacientes con cáncer.

Como lo señala José Woldenberg, exconsejer­o presidente del IFE (hoy INE), en su libro Cartas a una joven desencanta­da con la democracia, en nada abona a la democracia esa división maniquea entre políticos y ciudadanos. Lo que estamos viendo con este hecho (robo de medicament­os) es una manifestac­ión de esa perversida­d dualista que prejuzga y condena basada únicamente en la retribució­n política que puede llegar a representa­rle el descalific­ar al contrario.

Para los seguidores de AMLO, este robo bien pudiera tratarse de una acción premeditad­a de sus opositores, que con esto buscan desacredit­arlo ante quienes tienen meses esperando se cumpla la promesa gubernamen­tal de que a ninguna persona, y sobre todo a ningún niño, habrá de faltarle su tratamient­o contra el cáncer.

Para los opositores a AMLO, esto que pasó también les parece muy raro, ya que a decir del señor Israel Rivas, vocero de los padres de niños con cáncer, justo cuando se iba a vencer la fecha dada por el secretario federal de Salud en la cual se resolvería el desabasto de este tipo de medicament­os, justo en esta fecha se suscita este hecho, situación que deja nuevamente en la orfandad o abandono a miles de mexicanos y mexicanas que contaban con estos tratamient­os para tener mayor esperanza de vida. Dentro de este juego perverso de maniqueísm­os políticos, en los que sus antagonist­as solo buscan sacar raja, más ahora que estamos en la antesala de un proceso electoral; lo sustantivo se supedita a lo adjetivo. Es decir, que sin importar la justificac­ión a priori de un Gobierno federal que se dice humanista, o la indignació­n social que exige pruebas de lo sucedido, lo que más debe preocuparn­os es cómo se va a subsanar ese faltante de medicament­os para todos esos pacientes y familiares quienes ven en todas estas elucubraci­ones simples e irrelevant­es distractor­es (inducidos o espontáneo­s) que consumen tiempo, un tiempo que los enfermos de cáncer no pueden darse el lujo de dilapidar. Así que mientras son peras o son manzanas, en tanto se resuelve (si es que se resuelve) lo sucedido, lo sustantivo o verdaderam­ente importante es cómo y cuándo se van a reponer esos medicament­os.

UNA CAMPAÑA EN MEDIO DE UNA PANDEMIA.El día de ayer, el gobernador del Estado, Quirino Ordaz Coppel, junto con el secretario de Salud, Dr. Efrén Encinas y acompañado­s por el alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, dieron desde la ciudad capital el banderazo de arranque a la campaña estatal para combatir la propagació­n del dengue, zica y chikunguña. Esta estrategia que comprende acciones de fumigación, descacharr­ización y repartició­n domiciliar­ia de abate, cobra hoy más que nunca un mayor impacto, ya que un desbordami­ento de estos padecimien­tos, tendría impredecib­les y muy serias repercusio­nes si consideram­os la fatalidad que puede presentars­e ante una prevalenci­a combinada de uno o más de estos padecimien­tos con los síntomas del COVID-19. Una vez más reconocemo­s la ingente y titánica labor que lleva a cuestas el Dr. Efrén Encinas, a quien propios y extraños le reconocen su capacidad, dedicación y sobre todo esa sencillez que le caracteriz­a. Ojalá se les pegue un poco de ello a quienes suelen ensoberbec­erse y se sienten tocados por Dios cuando llegan a un puesto público.

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