Maniqueas y perversas elucubraciones sobre el robo de medicamentos
El pasado 7 del mes en curso, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), anunció que tres días antes se había perpetrado un robo en una empresa farmacéutica de la alcaldía Iztapalapa de la Ciudad de México. Lo que generó una enorme resonancia mediática y gran revuelo social que ha trascendido incluso a nivel internacional, fue que no se trató de cualquier hurto, sino que casualmente lo que desapareció fueron tres lotes de medicamentos contra el cáncer que alcanzan alrededor de 38 mil dosis, suficientes para cubrir por meses la demanda o el desabasto de este tipo de medicamentos en muchos hospitales del país.
Sobre este suceso, el presidente de la república declaró ayer que le parecía muy raro el “robo” de estos medicamentos. Del mismo modo, dentro de la clase política empezaron a fluir elucubraciones o supuestos de lo sucedido, cuyo único fin al parecer es desacreditar y vilipendiar. Todo ello pudiera inclusive parecernos normal dentro de las pugnas y diferencias que se producen dentro del pluralismo político; sin embargo, debido a la polarización en que se encuentra nuestro país, donde el encono no solo afecta las relaciones de poder sino la convivencia social, es realmente perverso utilizar políticamente un tema tan delicado y humano como lo es la salud de miles de pacientes con cáncer.
Como lo señala José Woldenberg, exconsejero presidente del IFE (hoy INE), en su libro Cartas a una joven desencantada con la democracia, en nada abona a la democracia esa división maniquea entre políticos y ciudadanos. Lo que estamos viendo con este hecho (robo de medicamentos) es una manifestación de esa perversidad dualista que prejuzga y condena basada únicamente en la retribución política que puede llegar a representarle el descalificar al contrario.
Para los seguidores de AMLO, este robo bien pudiera tratarse de una acción premeditada de sus opositores, que con esto buscan desacreditarlo ante quienes tienen meses esperando se cumpla la promesa gubernamental de que a ninguna persona, y sobre todo a ningún niño, habrá de faltarle su tratamiento contra el cáncer.
Para los opositores a AMLO, esto que pasó también les parece muy raro, ya que a decir del señor Israel Rivas, vocero de los padres de niños con cáncer, justo cuando se iba a vencer la fecha dada por el secretario federal de Salud en la cual se resolvería el desabasto de este tipo de medicamentos, justo en esta fecha se suscita este hecho, situación que deja nuevamente en la orfandad o abandono a miles de mexicanos y mexicanas que contaban con estos tratamientos para tener mayor esperanza de vida. Dentro de este juego perverso de maniqueísmos políticos, en los que sus antagonistas solo buscan sacar raja, más ahora que estamos en la antesala de un proceso electoral; lo sustantivo se supedita a lo adjetivo. Es decir, que sin importar la justificación a priori de un Gobierno federal que se dice humanista, o la indignación social que exige pruebas de lo sucedido, lo que más debe preocuparnos es cómo se va a subsanar ese faltante de medicamentos para todos esos pacientes y familiares quienes ven en todas estas elucubraciones simples e irrelevantes distractores (inducidos o espontáneos) que consumen tiempo, un tiempo que los enfermos de cáncer no pueden darse el lujo de dilapidar. Así que mientras son peras o son manzanas, en tanto se resuelve (si es que se resuelve) lo sucedido, lo sustantivo o verdaderamente importante es cómo y cuándo se van a reponer esos medicamentos.
UNA CAMPAÑA EN MEDIO DE UNA PANDEMIA.El día de ayer, el gobernador del Estado, Quirino Ordaz Coppel, junto con el secretario de Salud, Dr. Efrén Encinas y acompañados por el alcalde de Culiacán, Jesús Estrada Ferreiro, dieron desde la ciudad capital el banderazo de arranque a la campaña estatal para combatir la propagación del dengue, zica y chikunguña. Esta estrategia que comprende acciones de fumigación, descacharrización y repartición domiciliaria de abate, cobra hoy más que nunca un mayor impacto, ya que un desbordamiento de estos padecimientos, tendría impredecibles y muy serias repercusiones si consideramos la fatalidad que puede presentarse ante una prevalencia combinada de uno o más de estos padecimientos con los síntomas del COVID-19. Una vez más reconocemos la ingente y titánica labor que lleva a cuestas el Dr. Efrén Encinas, a quien propios y extraños le reconocen su capacidad, dedicación y sobre todo esa sencillez que le caracteriza. Ojalá se les pegue un poco de ello a quienes suelen ensoberbecerse y se sienten tocados por Dios cuando llegan a un puesto público.