Artrosis de rodilla: cuando el cartílago dice “basta”
El saber detectar a tiempo sus síntomas, al igual que tener un diagnóstico a tiempo y un tratamiento adecuado, es vital para los afectados por este mal
España. La rodilla es una articulación compleja, que a su vez está formada por dos sub articulaciones: la unión entre la rótula y el fémur femoropatelar-y la del fémur con la tibia–fe moro considerándose funciona l mente como una sola articulación.
A su vez, las superficies articulares están “tapizadas” por una superficie gomosa, el cartílago articular, cuyo deterioro da lugar a la artrosis de rodilla. Se trata de una enfermedad crónica, degenerativa y progresiva, que puede incapacitar, a veces de forma severa, la vida de quien la padece.
Según destaca la Sociedad Española de Reumatología, esta patología se caracteriza por el deterioro paulatino del cartílago y del hueso sobre el que se asienta hueso subcondral- y conduce a la aparición de dolor con la actividad física, a una incapacidad variable para caminar y de permanecer de pie, así como a una deformidad progresiva de la rodilla. “En general, es propia de personas mayores, aunque puede aparecer antes de los 50 años, siendo excepcional en jóvenes”, apostilla.
En concreto, alrededor del 13.83 % de la población adulta presenta artrosis sintomática de rodilla como recoge el último estudio de prevalencia de las enfermedades reumáticas de la Sociedad Española de Reumatología (Episer), “siendo la causa más común de incapacidad en personas de edad avanzada”, asegura el jefe de servicio de Reumatología del Hospital Quirónsalud Córdoba, el doctor Manuel Romero, que integra junto al doctor Pablo Navarro, traumatólogo especialista en rodilla, la nueva Unidad Multidisciplinar de Artrosis de Rodilla de este centro hospitalario.
Detección
Así, el experto apunta que sus síntomas más frecuentes son: dolor, rigidez, deformidad y pérdida de funcionalidad.
Según indica, es característico de la artrosis de rodilla tener dolor y rigidez al intentar levantarse, o bien después de estar un rato sentado.
“Este dolor y rigidez desaparecen inicialmente con los primeros pasos, pero reaparece tras caminar una distancia más o menos variable. El dolor va cediendo poco a poco con el reposo”, afirma.
A día de hoy se desconoce el origen de esta patología, según reconoce el experto de Quirónsalud Córdoba, si bien señala que, al igual que el resto de tipos de artrosis, se cree que es la consecuencia de una suma de factores genéticos y ambientales: la edad, ya que a mayor edad más probabilidad de tener artrosis; así como la obesidad, y determinadas ocupaciones o actividades laborales; además de la realización de ejercicio físico intenso e inadecuado.
“Otras veces, la artrosis de rodilla se produce como resultado de una lesión o anomalía previa de la articulación, tales como lesiones de los meniscos, de los ligamentos, o del hueso articular, o bien tras fracturas óseas intraarticulares”, asegura el reumatólogo.
Mínima sospecha El diagnóstico se basa en los síntomas que explica el paciente, junto con la exploración de la rodilla. “Si el paciente presenta hinchazón de la rodilla puede extraerse líquido articular para analizarlo y confirmar que las características son las típicas de la artrosis. La realización de radiografías también es útil para confirmar el diagnóstico, ya que aparecerán los hallazgos típicos de la artrosis y permitirán establecer un pronóstico según la rodilla se encuentre más o menos desgastada”, avanza en este punto la Sociedad Española de Reumatología.
La artrosis de rodilla se produce como resultado de una lesión o anomalía previa de la articulación”. Manuel Romero Jefe de servicio de Reumatología del Hospital
Quirónsalud Córdoba