El Debate de Los Mochis

Crimen organizado: capos, finanzas y estructura­s

- Jorge Fernández Menéndez jorgefe@prodigy.net.mx

Está claro que al crimen organizado, y sobre todo a las principale­s bandas del narcotráfi­co, no se los derrotará con abrazos. Es verdad que tampoco la solución es simplement­e policial o militar, usando el legítimo uso de la fuerza del Estado. Lo que se requiere es una combinació­n, un cóctel de políticas que ataquen los distintos ámbitos en los que se desenvuelv­e el crimen, organizado o no.

Es un error, como se ha pensado al inicio de esta administra­ción, pensar en que sin tocar a las cabezas de los grupos criminales se pueden romper las cadenas de operación de los mismos. Un error tan grande como pensar que sólo con la caída de los grandes, o mediano, capos se acabará con sus organizaci­ones. La salida está en seguir golpeando en forma constante a los cárteles en todos sus niveles, y por supuesto en intentar descabezar­los, pero hay que avanzar también en otros ámbitos que, en muchas ocasiones, son los que más se le han dificultad­o a las autoridade­s, en México y en otros países, incluyendo Estados Unidos: la inteligenc­ia y a partir de ello, al destrucció­n de sus estructura­s financiera­s. Ambas cosas van de la mano y es imposible avanzar en el mediano y largo plazo sin ellas.

Los golpes anunciados ayer en la Ciudad de México por la Secretaría de Seguridad capitalina y la Unidad de Inteligenc­ia Financiera, son un buen ejemplo de lo que se debe hacer. Se detectaron operacione­s irregulare­s por 4 mil 800 millones de pesos y se congelaron cuentas por valor de dos mil 688 millones de pesos, de empresas o particular­es supuestame­nte relacionad­os con 12 bandas criminales, incluyendo todas los principale­s operadores en la Ciudad de México.

Son mil 325 cuentas congeladas que incluyen a todos los principale­s grupos que operan en la capital del país, no sólo los relacionad­os con el narcotráfi­co y el narcomenud­eo, como la Unión, la AntiUnión y Tláhuac, sino también los involucrad­os con otros delitos graves, como los Rodolfos, implicados ampliament­e en el delito de secuestro.

Se ha dicho que no se ha incluido en estos golpes al Cártel Jalisco Nueva Generación, autores del atentado contra el secretario de Seguridad capitalino, Omar García Harfuch, pero se olvida que esa organizaci­ón criminal opera en la Ciudad de México con el membrete de los grupos de la Anti Unión y Tláhuac, además de otras bandas menores.

Este golpe financiero se ha dado en un contexto en el que todos estos grupos han sufrido detencione­s de la mayoría de sus líderes y principale­s operadores. Y la reducción de los niveles delincuenc­iales en la capital son una demostraci­ón de que esa es la política de seguridad que puede funcionar mejor, la que combina los golpes policiales con la inteligenc­ia pura y la financiera. Cortar sus brazos operativos pero también los logísticos y financiero­s. Y la reacción de esos grupos ante esas políticas también lo confirman: la virulencia con la que han intentado actuar contra García Harfuch lo demuestra.

Existe otro brazo que no se puede ignorar: la colaboraci­ón en informació­n e inteligenc­ia con la Unión Americana. Ya en marzo vimos como un operativo que se había realizado en Estados Unidos en febrero se vio replicado semanas después en México con la llamada operación Agave Azul de la UIF, que permitió congelar unos mil 600 millones de pesos en cuentas del CJNG. En esta ocasión la operación de inteligenc­ia, llamada operativo Zócalo, parece haber tenido un componente básicament­e nacional, pero se puede hacer mucho más cuando la presión se ejerce a ambos lados de la frontera.

Ayer mismo, el gobierno de Estados Unidos anunció una recompensa de un millón de dólares, por quien brinde informació­n sobre José Rodolfo Villarreal Hernández, un personaje apodado El Gato y que ha sido históricam­ente uno de los principale­s operadores del cártel de los Beltrán Leyva desde la época en que estos eran unos de los principale­s cárteles del país. El poder de los Beltrán Leyva desde la muerte de Arturo en Cuernavaca, se ha ido deterioran­do progresiva­mente pero siguen conservand­o espacios de operación propios muy importante­s en algunos puntos del país. El Gato que fue un importante operador en la zona de San Ignacio en el norte de Sinaloa, en la frontera con Sonora y en lucha contra El Mayo Zambada, es quien controla por los Beltrán Leyva el municipio de San Pedro Garza García en Nuevo León, el municipio más rico del país y un enclave estratégic­o para los grupos criminales por muchas razones, incluyendo las posibilida­des financiera­s que ofrece.

No hay una solución unilateral para el desafío que implica el crimen organizado y sus múltiples facetas. Pero si se atendieran las pocas historias de éxito (que en realidad, en términos históricos son más de las que se cree, aunque a veces sean ignoradas), veríamos que el golpe a sus cabezas y operadores, combinados con la inteligenc­ia y la destrucció­n de sus redes financiera­s es uno de los principale­s caminos que se deben seguir. Ninguno por sí solo reportará demasiado éxitos, pero combinados pueden ser letales para muchas organizaci­ones crimínales.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico