Mercado Garmendia
Según Francisco
Verdugo Fálquez, probablemente el primer mercado que hubo en Culiacán se encontraba frente al costado norte del templo parroquial. En el primer tercio del siglo XIX, debido al crecimiento de la población hacia el poniente, el centro comercial se trasladó hacia esa dirección, quedando entre dos rúas importantes, el camino real, hoy calle Hidalgo, por donde llegaban las mercancías al mercado, procedentes de los pueblos vecinos, y la calle frontispicio del local, por la que llegaban diariamente los consumidores de alimentos frescos de la ciudad, para hacer sus compras. A principios del siglo XX, el espacio del mercado era ya insuficiente, lo que llevó al regidor Manuel Navarro, el 16 de octubre de 1900, a proponer se nombrara una comisión que estudiara la posibilidad de construir uno nuevo. Ahora bien, la propuesta de construir un nuevo mercado databa desde la década de los ochenta del siglo XIX. El 22 de abril de 1890, cuando Inocente Montes solicita permiso para continuar la construcción de su fábrica en la plaza del mercado, el Ayuntamiento niega la autorización. El mercado se empezará a construir en los años finales del Porfiriato, tras incendiarse en dos ocasiones, y se concluirá pasada la Revolución. Lleva el nombre de Gustavo Garmendia, revolucionario que murió en la toma de Culiacán en 1911.