La inspiración de los WASP
Los gringos son ingleses, con todos los defectos de estos y de los judíos que los mangonean a ambos; como racistas innatos, idealizan a los WASP, iniciales de white, anglo-saxon, protestant (blanco, anglosajón, protestante), y minimizan a todos los demás. Esto lo consideran como una selección especial de la providencia y que ellos son el pueblo de Dios, con derechos sobre los demás, predestinados para la salvación en la eternidad. Los puritanos de Inglaterra, oprimidos por el rey, que los quería obligar a convertirse en anglicanos, religión oficial, decidieron huir y se fueron a Holanda, de donde salieron después. Creyendo que Dios guiaba a “su pueblo”, cruzaron el océano y se establecieron en Norteamérica donde, según una escritora protestante fanática, echaron los cimientos de la libertad civil y religiosa, que fueron baluarte y gloria de los Estados Unidos. La escritora no dice que la verdadera intención de esa gente era la gran envidia que los ingleses tenían del imperio español y de la Iglesia católica, que desde hacía 100 años estaban cristianizando y españolizando al continente americano y aspiraban a despojar a España de todo territorio que se pudiera obtener, como también expulsar a los indios de los suyos. Esta obsesión redundó después, en 1847, en el despojo a México de dos millones de kilómetros cuadrados del norte de nuestro país. Todo eso, diciendo muy convencidos, que les era ordenado por Dios, porque él exige que el hombre haga producir la tierra eficientemente con su trabajo inteligente y los indios no sabían hacerlo, ni los mexicanos tampoco, además que estos últimos eran católicos, religión oscurantista y retrógrada, que estorba el cumplimiento de la ley de Dios.