El Debate de Los Mochis

"El Padrino" y general Cienfuegos, su socio ejecutado, el "H-2", y el almirante Soberón…

- Juan Pablo Becerra-Acosta jp.becerra.acosta.m@gmail.com

Asumamos, para efectos de esta columna, que el general Salvador Cienfuegos Zepeda, secretario de la Defensa durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, fue un funcionari­o corrupto, aliado de criminales. Un narco con cuatro estrellas y uniforme verde olivo. Asumamos que, al menos entre 2015 y 2017, estaba al servicio de lo que el Departamen­to de Justicia de Estados Unidos llama hoy el cártel "H-2", que en realidad era una derivación, en Nayarit y el sur de Sinaloa, del cártel encabezado por los hermanos Beltrán Leyva.

Asumamos que el general Cienfuegos, también conocido en el mundo criminal como "El Padrino", según lo asentado en el expediente en su contra, es un ser codicioso, como se lee en la acusación, y asumamos que por dinero, y no por miedo, se alió con el crimen organizado.

Por tanto, las primeras preguntas que tengo, son estas:

-¿No sabía el presidente Peña Nieto que el hombre que comandaba al Ejército y a la Fuerza Aérea era corrupto? ¿De verdad no sabía nada? Si no sabía, qué mal, qué miedo que un presidente de México no sepa que el narco está enquistado en la cúpula militar. Y si sabía, peor, porque entonces fue cómplice, al menos por omisión.

-¿No sabía nada el almirante Vidal Francisco Soberón Sanz, secretario de Marina en el sexenio pasado? ¿O más bien sí sabía, como me aseguran fuentes de la Marina, y por eso un grupo de élite de marinos abatió en la colonia Lindavista de Tepic, la noche del jueves 9 de febrero de 2017, al capo conocido como "El H-2", a Juan Francisco Patrón Sánchez, que encabezaba en Nayarit una célula de los Beltrán Leyva, y que justamente usaba en la plaza su insignia, retomada ahora por el Departamen­to de Justicia: "H-2"?

No fue cualquier enfrentami­ento el de aquella noche: por la capacidad de fuego que le adjudicaba­n al "H-2", un helicópter­o artillado de la Marina participó en el operativo. Las imágenes fueron impresiona­ntes: la estrategia no parecía diseñada para atrapar al criminal, sino para fulminarlo. Y así sucedió (https://youtu.be/A33jZ-btUvs): como si fuera una película de Hollywood, desde el aire los marinos bañaron de plomo el lugar. La Marina informó que falleciero­n "ocho presuntos infractore­s de la ley, entre ellos Juan Francisco 'N', quien era cabeza de una organizaci­ón delictiva que opera en todo el país, específica­mente en el estado de Nayarit". Ningún marino fue herido. - Entonces, ¿sabía el almirante de las actividade­s criminales de Cienfuegos, guardó silencio, y actuó? ¿O se lo informó al presidente y Peña Nieto le dio luz verde para acabar con el "H-2"? ¿O le informó al presidente y éste le dijo que no hiciera nada, pero de todas maneras él operó? ¿O aliado con Cienfuegos, que estaba harto de exigencias del "H-2", aceptó ejecutarlo?

Tiene mucho que informar el exsecretar­io Soberón, pero también el almirante José Rafael Ojeda Durán, actual secretario de Marina. ¿O tampoco sabía nada, a pesar de que las labores de inteligenc­ia suelen ser muy eficientes en la Marina?

Cabe recordar aquí que Cienfuegos, como General de División, fue comandante de la Quinta Región Militar asentada en Jalisco, la cual incluye a Colima, Zacatecas, Aguascalie­ntes… y Nayarit. Sí, el Nayarit del "H-2". Eran los tiempos, fíjese bien, de Felipe Calderón. De Calderón y… exacto, de Genaro García Luna. Ni más, ni menos.

-Y el actual secretario de la Defensa, el general Luis Cresencio Sandoval González, ¿tampoco sabía nada? Mal que no estuviera enterado. ¿O sí supo y calló, en acatamient­o de la lealtad y disciplina militares? Si fue así, mucho peor…

Como sea, estamos jodidos: nos han dejado en ridículo a los mexicanos que siempre hemos valorado y defendido a las Fuerzas Armadas (mi bisabuelo, Luciano Becerra, fue militar y como cadete peleó en el Castillo de Chapultepe­c contra los gringos). Carajo…

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