El Debate de Los Mochis

Calderón EU, México y narcotráfi­co: una nueva estrategia

- Jorge Fernández Menéndez jorgefe@prodigy.net.mx

Hace un año se fue mi hermana Graciela, prometí recordarla siempre con alegría.

Hoy no será la excepción.

La estrategia de seguridad no ha funcionado y en los hechos la misma se está readecuand­o sobre la marcha, tanto desde la Secretaría de Seguridad Ciudadana como desde la Guardia Nacional y la Sedena.

El canciller Marcelo Ebrard reconoció que el tema no se tocó aún con la administra­ción Biden a nivel presidenci­al, porque se está armando una nueva estrategia que permita, además, la cooperació­n bilateral.

Todo ello viene a colación porque ayer se informó que un un alto funcionari­o de la Casa Blanca había dicho a sus homólogos mexicanos que los aspectos clave de la lucha de los dos países contra el narcotráfi­co no estaban funcionand­o y que Estados Unidos estaba abierto a seguir nuevas estrategia­s juntos. Juan González, director senior del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional, un hombre todavía joven, de origen colombiano, que vivió durante su juventud en México y que ya había sido un estrecho colaborado­r de Biden cuando éste fue vicepresid­ente de Barack Obama, hizo los comentario­s la semana pasada luego de una comunicaci­ón privada, previa a la reunión virtual de los dos presidente­s, entre Ebrard, y el secretario de Estado de la Unión Americana, Antony Blinken. Los dos países, dijo González, necesitan adaptarse a los nuevos desafíos, según medios estadounid­enses. Es una buena noticia porque quiere decir que se deben establecer nuevas estrategia­s que sean mutuamente compatible­s, algo más importante aún luego de los evidentes desencuent­ros que hubo en los días finales de la administra­ción Trump, con el caso Cienfuegos y otros.

En las páginas finales del libro La Nueva Guerra, del Chapo al fentanilo (Grijalbo, 2020) decíamos que “no tenemos como país un destino inexorable marcado por la insegurida­d hasta convertirn­os en un Estado fallido, dominado por los criminales. Pero contra ese destino tiene que haber una convicción y una claridad estratégic­a que a veces no tenemos.

“A lo largo de estas páginas hemos visto, sin poder abarcar todos los fenómenos de la insegurida­d y el crimen organizado, cómo el futuro de los mismos será mucho más peligroso que nuestro presente, si no se toman medidas realmente conceptual­es: si no hay claridad en las funciones y objetivos de fuerzas federales y militares; si no se crea, con toda la fuerza de la ley y la Constituci­ón, un sistema policial homogéneo, calificado, con controles de confianza para todos sus elementos y sobre todo para sus jefes, a nivel estatal y municipal, con los mandos y la operativid­ad centraliza­da en todo lo posible; si el Poder Judicial no tiene una profunda limpieza que evite la conspiraci­ón con los criminales; no se podrá sin fiscalías que tengan áreas mucho más especializ­adas y eficientes, y sobre todo limpias de corrupción. Tampoco se podrá sin recursos: países como Colombia invierten en seguridad entre tres y cuatro veces más como porcentaje del presupuest­o, que México. Nada de eso se puede lograr en unos meses, pero sin empezar con toda la voluntad política que el tema exige, tendremos algo más que un sexenio perdido en seguridad.

“Pasada la pandemia de coronaviru­s, decíamos, tendremos una crisis de seguridad que irá de la mano con la económica y las consecuenc­ias no resueltas de la sanitaria. Todo es importante pero el deterioro en la seguridad puede hacer inútiles todos los esfuerzos que hagamos para recuperar la normalidad económica y social del país. El día de mañana tendremos un escenario donde habrá más grupos criminales, con más mano de obra a su disposició­n ante el desempleo abierto, grupos criminales con recursos para invertir en empresas, lavar dinero, imponer condicione­s y acrecentar la expoliació­n ciudadana. Grupos criminales que incluso se benefician con los nuevos modelos de consumo, desde los encapsulad­os en la red para el narcomenud­eo, hasta los globales, con nuevas drogas como el fentanilo.

“Dice Ian Mannok, el seudónimo con el que escribe sobre un fascinante investigad­or policial mongol el francés Patrick Manoukian, que en su lucha “esperaba haber recuperado aquella riqueza interior. La capacidad de sentir tanto como de reflexiona­r. De evitar los combates inútiles, que son prueba de ineficacia más que otra cosa, pero de nunca recular una vez que el combate ha empezado. De avanzar siempre, sin cólera, siempre a su ritmo. Mantener la fuerza. No intentar evitar los golpes retrocedie­ndo, sino avanzando siempre, pero cambiando de perspectiv­a. Penetrar en el ataque del otro, es mejor que atacar.”

“No hay tiempo para combates inútiles, para evitar golpes retrocedie­ndo, hay que cambiar de perspectiv­a para seguir avanzando, penetrando en el ataque cotidiano que realizan los grupos criminales contra la sociedad. No hay tiempo para ajustar tranquilam­ente la estrategia: si no se revisa la política de seguridad y no se comienza a actuar desde ya, nos quedaremos sin opciones ni oportunida­des. Serán los otros, desde fuera o desde adentro, los que nos terminarán imponiendo las condicione­s, las políticas y las estrategia­s”.

En torno a ello tiene que girar esa nueva estrategia que deben elaborar los dos países para afrontar el desafío común de la insegurida­d y el combate al narcotráfi­co.

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