El Debate de Los Mochis

¡Pacta con el crimen y pone vallas a mujeres!

- Ricardo Alemán

El contraste es demoledor, digno de una tiranía. El Gobierno mexicano le regaló a sus gobernados y al mundo una segunda prueba, contundent­e, de que es una gestión que pacta con las bandas criminales.

Pero al mismo tiempo, ese Gobierno levanta la mayor muralla conocida en México, en torno al Palacio Presidenci­al, en prevención de quién sabe qué agresión prevista para el 8 de marzo, Día Internacio­nal de la Mujer. Pero no es todo.

El “muro de la vergüenza”, como llaman algunos a las vallas metálicas colocadas en torno al Palacio del rey mexicano, no es más que la confirmaci­ón de la fobia histórica de López Obrador hacia las mujeres; misoginia que ya es criticada allende fronteras –por el diario español El País-, y que provocó una grosera y airada respuesta del mandatario mexicano.

Lo cierto es que, al final de cuentas, El País dio en el blanco, Obrador es el mandatario y político que más ha agredido a las mujeres en México.

Aún así, fanáticas y fanáticos del tirano de Palacio dicen que el de López “es el Gobierno más feminista”.

Pero también, en este caso, se equivocan los aplaudidor­es lopistas. Y es que la aseveració­n de que el de López es el Gobierno más feminista, se desmorona por el peso demoledor y contundent­e de los hechos.

Sí, ningún presidente mexicano había amurallado al Palacio Nacional y menos la otrora residencia oficial de Los Pinos -como Obrador amuralló su Palacio-, en prevención de una supuesta agresión femenil.

Por eso obliga preguntar.

¿A qué le teme el presidente mexicano? ¿Por qué “la muralla de la vergüenza”?

¿Por qué su Gobierno libera a criminales como Ovidio Guzmán, saluda a la madre de El Chapo y dialoga con jefes mafiosos como el rumano Florián Tudor, mientras que instala la más grosera muralla para contener la supuesta agresión femenil del 8 de marzo? ¿Esa contradicc­ión es propia de un Gobierno democrátic­o? ¿O será la confirmaci­ón de que el de AMLO es un Gobierno dictatoria­l?

Lo cierto es que por ningún presidente mexicano habían votado tantas mujeres como votaron por López Obrador-, pero tampoco ningún presidente había maltratado con tal saña a las mujeres, en general y, en particular a las mujeres que simpatizar­on por su candidatur­a.

Por ejemplo, ningún presidente había impuesto con tal ardor a un presunto violador, como Félix Salgado Macedonio, como aspirante a un puesto de elección popular. El sátrapa Macedonio ha sido sostenido, contra viento y marea, en la candidatur­a al Gobierno de Guerrero, a pesar de múltiples acusacione­s por presunta violación.

A pesar de lo anterior, los hechos confirman que en la gestión de ningún presidente mexicano se habían cometido tantos feminicidi­os como en la de López Obrador. En promedio son asesinadas entre 9 y 10 mujeres al día, por razones de género.

Ningún presidente mexicano había dejado a las mujeres sin las guarderías para sus hijos –con lo que canceló millones de futuros laborales y educativos de mujeres mexicanas-, y menos había retirado el apoyo para los refugios; estancias en donde las mujeres eran llevadas a un lugar seguro para estar a salvo de sus agresores.

Ningún presidente había perseguido a una adversaria política, a la mujer que lo llevó al poder, como López Obrador ha perseguido a Rosario Robles; la mujer política que está en prisión por el delito de ser una de las pocas mujeres que ha enfrentado al poder misógino de AMLO.

En la historia de ningún partido político, como en la historia del partido oficial Morena, se habían postulado tantos candidatos a puestos de elección popular, con antecedent­es de violación y hostigamie­nto sexual, como hoy.

Además del presunto violador y aspirante al Gobierno de Guerrero, Félix Salgado Macedonio, Morena postuló a Rubén Barroso, como candidato a diputado federal. Barroso tiene una larga lista de denuncias por presunto acoso sexual.

También en Guanajuato fue postulado por Morena, como aspirante a diputado federal, Guillermo Villaseñor; con demandas de acoso sexual.

Y como diputado local a Ciudad de México, fue postulado por Morena el profesor universita­rio Alfonso Vázquez, sobre quien pesan decenas de acusacione­s de presunta violación.

Tampoco ahí acaba la historia.

Mientras el presidente Obrador levanta las vallas de la vergüenza para que las mujeres no le causen daño al Palacio, la prensa mexicana, en especial el portal Animal Político descubrió que el presidente de Morena, pertenece o perteneció a la mayor secta mundial de explotació­n sexual.

Pero no sólo Mario Delgado, el actual presidente de Morena, perteneció a la secta NXIV de ofensor sexuales de mujeres, sino también fue adiestrado­ra de la secta, la candidata de Morena al Gobierno de Nuevo León, la expriista Clara Luz Flores y toda su claque política.

Pero tampoco es todo.

Resulta que la relación de presuntos pedófilos y abusadores sexuales del partido Morena se extiende al líder del Senado, Martí Batres y al diputado morenista Sergio Mayer, presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados -además de muchos ostros políticos de Morena-, quienes facilitaro­n el Palacio de Bellas Artes al líder de La Luz del Mundo, el pederasta Naasón Joaquín García –preso por pederastia y sentenciad­o a cadena perpetua-, para que celebrara sus 50 años en México.

Sí, los mayores agresores de mujeres hoy están en Morena y por eso la “Valla de la vergüenza”.

Al tiempo.

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