Protestas e incongruencias
PROTESTAS DE MORENISTAS. Llamó la atención que al presidente López Obrador, en su visita a Culiacán y Mazatlán, aparte de grupos sociales que demandaban su intervención para la solución de sus problemas, como los ejidatarios que piden atención a sus reclamos con la Minera de Pangea en Mocorito, también lo recibieran con pancartas varios grupos de militantes del partido de Morena. Tradicionalmente, los integrantes del Movimiento de Regeneración Nacional reciben al presidente con mensajes de apoyo, sin embargo, en esta ocasión eran exigencias y rechazo a algunos contendientes en el proceso interno en la selección de candidaturas.
Particularmente en Culiacán, expresaban su inconformidad por la posible postulación de Gerardo Vargas como candidato a alcalde de la capital, denunciando que Vargas Landeros tiene una historia política marcada por hechos de corrupción, especialmente en su desempeño como secretario de Gobierno del sexenio pasado.
No obstante que el presidente les ha dicho que se mantendrá al margen de los procesos internos de su partido y de procesos electorales, sus correligionarios en Morena aprovecharon el momento para hacer manifiesta su inconformidad ante algunas posibles candidaturas. También en Mazatlán hubo manifestaciones contra el Químico Benítez, a quien imputan actos de violencia política de género.
Ninguno de estos grupos fue atendido por el mandatario federal, porque en realidad, aunque en privado pueda opinar sobre los procesos de elección en curso y sobre los candidatos, en sus giras como mandatario, trasciende a sus facultades opinar e involucrarse en las contiendas internas e inconformidades que hay al interior de Morena. ¿O no?
Aparte de que en casi todos los estados donde habrá elecciones en esta año hay jaloneo, divisiones, acusaciones y controversias entre morenistas. ¿O no?
INCONGRUENCIAS. Lo real es que en varios temas, la dirigencia de Morena se ha desdibujado y ha exhibido incongruencias con la transformación que prometieron hacer en la vida política del país. Por ejemplo, en el caso de Félix Salgado Macedonio, con razón las feministas les reclaman que no rompen el pacto machista y que se escudan en el respaldo popular para impulsar a un presunto agresor de mujeres. La nueva encuesta que dijeron harían sobre la candidatura de Guerrero era solo para legitimar una decisión que ya se había tomado, mandando una mala señal porque habiéndose comprometido como partido político a no postular a candidatos con antecedentes de violencia de género, ni agresores sexuales o deudores de alimentos, insisten en mantener como candidato a Félix Salgado en Guerrero.
Lo preocupante es que con ello se confirma que al interior de Morena también hay grupos conservadores, que al igual que los grupos de derecha, omiten cumplir con el respeto pleno a los derechos humanos de las mujeres. ¿O no?
Pero no solo en ese tema hay incongruencias, también en las alianzas partidistas; en Sinaloa, por ejemplo, la alianza con el PAS es incongruente con los compromisos de combatir la corrupción y el control corporativo al interior de las universidades. Aparte, el llevar de candidatos a personas con antecedentes de corrupción lo desdibuja totalmente, y quedan a deber en sus compromisos de sanear la vida pública y el ejercicio del poder. ¿O no? La búsqueda para mantener la mayoría en el Congreso y para ganar las gubernaturas los está llevando a dejar de lado los postulados que dieron origen al Movimiento de Regeneración Nacional. Y es una mala señal que arrumben sus promesas y la palabra empeñada de que iban a construir un mejor país y a combatir de arriba hacia abajo a los corruptos. ¿O no?