Refugio Corral expone `Los rostros del tiempo'
El artista plástico sinaloense inauguró su exposición de esculturas en la galería de la Fundación Carol Rolland AC, en la ciudad de Querétaro
Extraordinarias esculturas que retratan rasgos y cautivadoras expresiones de personas comunes forman la nueva exposición “Rostros del tiempo”, del artista plástico sinaloense Refugio Corral. La muestra que se inauguró el pasado jueves en la galería de la Fundación Carol Rolland AC, en la ciudad de Querétaro, alberga una colección de diez piezas del maestro Corral, que realizó en resina poliéster durante la pandemia del covid-19. Una espléndida producción que inició en Sinaloa y culminó en Querétaro. En el acto inaugural estuvieron presentes la curadora de la obra, Emilia Macín Luna; Xavier Llamas, tesorero del FCR, y el artista oaxaqueño José Herrera Gallegos. “Los rostros del tiempo nos muestran la frescura facial y se adentra en las expresiones cotidianas de la gente en situaciones extracotidianas. Nos habla de lo que no pretende ser en un espacio de tiempo en donde las personas buscan más protagonismo que anonimato. Cuando pensamos en el busto escultórico se nos viene a la mente el de la pose solemne y tiesa de personajes que han sido caudillos o ilustres de la historia. Los rostros del tiempo son los irretratables” manifestó el expositor en su intervención. El maestro Refugio Corral ha incursionado gozosamente durante dos décadas en la virtuosidad del arte.
Ahora presenta su obra escultórica conformada por genuinas propuestas.
u La exposición
La serie se compone de 10 esculturas de busto de entre 25 y 30 centímetros de altura, vaciadas en resina poliéster, con soporte de metal y base de madera. Las obras fueron hechas durante el confinamiento, que inició durante su estancia en su natal Juan José Ríos, en Sinaloa, donde lo atrapó la pandemia por varios meses y que concluyó en su regreso a Querétaro donde radica el artista, para completar esta serie de esculturas que se exponen en el recinto donde permanecerá un mes en exhibición.
La exposición se distingue por la vigorosa narrativa impresa en su lenguaje corporal, misma que supera el costumbrismo de la clásica solemnidad, esa que tiene la réplica de la muda presencia por su congelada pose. El artista logró desentrañar en cada una de las obras sus cautivadoras expresiones, destacó la curadora María Emilia Macín Luna.