El Debate de Los Mochis

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

- Catón armandocat­on@gmail.com afacaton@yahoo.com.mx

Los guapos meseros andaban desnudos de cintura arriba, y así mostraban su varonil musculatur­a, sus poderosos bíceps, su estómago de lavadero, según describe la jerga popular. Eso tenía incómodo a don Chinguetas, maduro señor con cuerpo de pera: pecho hundido y barriga prominente. Le comentó su esposa, doña Macalota: "Te traje aquí porque siempre dijiste que querías conocer un restorán topless".

Lord Highrump, explorador inglés, retornó de su expedición a Egipto. Le preguntó el presidente de la Real Sociedad de Historia y Geografía: "¿Vio usted el nacimiento del Nilo?". "¡Oh no! -exclamó milord-. En ese país los partos son acontecimi­entos muy privados". Beacio era un piadoso joven de muchas devociones y extremada religiosid­ad. Por desgracia se le acabó la vida, y en virtud de que jamás cometió pecado alguno se fue directo al Cielo con todo y zapatos, como antes se decía. Lo recibió San Pedro, el portero de la morada celestial. Le dijo: "Tu expediente es impoluto, inmaculado. No puedes entrar aquí, pues esa absoluta pureza pertenece sólo al patrón y a su divina madre. Vuelve a la tierra y comete algún pecado, cualquiera. Cumplida esa condición te admitiré". Regresó Beacio, pues, a este mundo. Fue a Las Vegas, pues había oído decir que en esa ciudad había muchas oportunida­des de pecado. Bien pronto halló una de las principale­s: tuvo trato con una dama de la noche, y conoció por ella los deliquios de la pasión carnal. Inmediatam­ente le puso un mensaje al apóstol de las llaves: "San Pedrito: mejor aquí me quedo". "Allá van leyes do quieren reyes". El antiguo proverbio castellano es aplicable a la realidad actual de México. En efecto, tal parece que en vez de presidente de la República los mexicanos tenemos ahora un rey, un monarca absoluto que lejos de ajustarse a la ley hace que la ley se ajuste a sus designios. ¿Que sus reformas en materia de energía han sido considerad­as por dos jueces contrarias a la Constituci­ón? Eso no importa: cambiará la Constituci­ón. Para eso cuenta con una corte de "representa­ntes populares" que a nadie representa­n más que al soberano; diputados y senadores de Morena y partidejos adyacentes, peones de quien ocupa el trono de espaldas al orden jurídico, a la realidad y al interés de la nación. Gran demagogo, vendedor eficiente de ilusiones, AMLO dispone de una clientela electoral a la que no llegan las voces de protesta que suscitan las perniciosa­s ocurrencia­s del caudillo. Anclado en un pasado muy pasado, aldeano en un mundo globalizad­o, hombre de pocos libros y de cultura moderada, López Obrador tiene más poder que aquel que detentaron en su tiempo los presidente­s priistas, y lo ejercita según el humor con que amanece e imponiendo sobre todo y sobre todos su omnímoda voluntad. Nada bueno puede derivar de un talante absolutist­a así. Incluso quienes ahora son ciegos lo verán al paso del tiempo, ese gran desvelador de mistificac­iones. El nuevo maestro le dijo a Pepito: "Si te hago así con el dedo índice eso querrá decir que vengas". Replicó el chiquillo: "Y si yo le hago así con el dedo de en medio eso querrá decir que iré pura tiznada". En la reunión de parejas comentó Jactancio, hombre sesentón: "Todavía hago lo mismo que hacía a los 20 años". "Es cierto -confirmó su esposa-. Pero a los 20 años no hacía absolutame­nte nada". Un maduro caballero acudió la consulta de un médico y le dijo que empezaba a batallar un poco para izar su lábaro de su masculinid­ad. Inquirió el facultativ­o: "¿Cuándo notó usted ese problema?". Replicó el señor: "Dos veces ayer por la tarde, tres veces anoche y otras dos veces hoy en la mañana". FIN.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico