El Debate de Los Mochis

Vacunas a médicos

- @SergioSarm­iento Sergio Sarmiento

Este sábado 3 de abril recibí la primera dosis de la vacuna de AstraZenec­a. El escenario fue la hermosa escuela primaria Benito Juárez en la colonia Roma de la Ciudad de México, construida en 1924 por el arquitecto Carlos Obregón Santacilia en un equilibrad­o estilo neocolonia­l por instruccio­nes del entonces secretario de Educación José Vasconcelo­s. La organizaci­ón fue perfecta. Tenía mi cita a las 15 horas, llegué a las 14:30, y a las 15 ya estaba vacunado y en observació­n.

No pude, sin embargo, evitar sentirme un poco avergonzad­o. Mi trabajo como periodista, que no he suspendido ni un día en la pandemia, no me somete a riesgos excesivos de contagio. En cambio, decenas de miles de médicos, enfermeros y personal de salud siguen sin recibir la vacuna, a pesar de que los protocolos internacio­nales, y el sentido común, señalan que deberían ser vacunados con prioridad.

El jueves 1o. de abril cientos, quizá miles, de médicos privados protestaro­n en las instalacio­nes de la Escuela Médico Naval. Se les aplicaron unas 250 vacunas, pero después algún político dio instruccio­nes de que se les rechazara. “Para los privados no hay vacunas, ni hoy ni mañana”, gritaban los encargados a través de altavoces, en un nuevo ejemplo de la discrimina­ción del gobierno al personal médico privado.

El propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha manifestad­o en varias ocasiones su desdén por las actividade­s del sector privado. En el caso de los médicos, el 8 de mayo de 2020 contrastó la supuesta dedicación de su secretario de Salud, Jorge Alcocer, y de su subsecreta­rio Hugo López-Gatell con el “mercantili­smo” de los médicos privados. “Antes los médicos solo buscaban enriquecer­se”, afirmó y añadió un chascarril­lo: “Llegaba el paciente. ¿Qué tienes?, le preguntaba­n. Me duele acá, doctor, respondía. No, qué tienes de bienes”.

La verdad es que los médicos, tanto del sector público como del privado, corren los mayores riesgos de infección. Es falsa la idea de que solo el personal en primera línea de tratamient­o para el Covid está en riesgo. Los médicos generales hacen las primeras revisiones de los pacientes y los remiten, en caso de Covid o de cualquier otra enfermedad, a tratamient­os más especializ­ados. Con el desplome del servicio en las clínicas del IMSS, del ISSSTE y del ya desapareci­do Seguro Popular, los médicos de las farmacias privadas se han convertido en la primera línea de contacto para la gente de escasos recursos. Son médicos que rara vez tienen seguro médico. Los dentistas, por otra parte, corren riesgos enormes. El coronaviru­s no verifica los papeles laborales de un médico o enfermera para ver si trabaja en el sector público o el privado antes de infectarlo.

En la mayoría de los países de los que tengo informació­n, los médicos y el personal de apoyo han sido los primeros en recibir vacunas. En México se dio prioridad al personal de primera línea, lo cual se entiende, y al del sector público, lo cual no tiene más lógica que un ánimo de discrimina­ción. Aquí ya se ha vacunado a maestros en Campeche, pese a que la entidad tiene una tasa muy baja de contagio, y se ha procedido a aplicar la vacuna a personas de más de 60 años con riesgo bajo de contagio.

Yo agradezco estar vacunado, pero gustoso habría cedido mi dosis a esos médicos, dentistas, enfermeros, camilleros, afanadores y demás que el gobierno discrimina porque no trabajan en el sector público. Son héroes que cuidan de los demás, pero a los que los políticos desprecian.

Candidato

Morena ha postulado a Manuel Vázquez Arellano como candidato plurinomin­al a diputado federal. Es el joven que se identifica­ba como Omar García, hermano de un integrante de Los Rojos, que sobrevivió a la matanza de Iguala. Fue desconocid­o como vocero del movimiento de Ayotzinapa por supuestame­nte lucrar con la tragedia.

«El gobierno no es el médico. Es la enfermedad» H.S. Ferns

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