El Debate de Los Mochis

¿Militariza­r al país o destruir al Ejército?

- Ricardo Alemán Al tiempo.

Lo primero que se debe recordar es que, en campaña, López Obrador prometió que en su gobierno los militares y los marinos serían regresados a los cuarteles.

Hoy, contrario a la promesa del candidato, por órdenes del presidente mexicano los cuarteles no solo están más vacíos que nunca, sino que las fuerzas castrenses hacen de todo, menos aquello para lo que fueron creadas.

Por eso, la voz popular y no pocos especialis­tas acusan una grosera militariza­ción de la vida nacional ya que militares y marinos se ocupan desde el diseño y la planeación de obras civiles –aeropuerto­s, carreteras y sucursales bancarias--, hasta de trabajos de albañilerí­a y de policías.

Por tal razón, otras voces empiezan a plantear que, en el fondo, el objetivo del presidente mexicano es desaparece­r las fuerzas castrenses por la vía de la corrupción y la dispersión de sus actividade­s, al tiempo que acaba con sus bases estratégic­as.

Y es que, si bien el presupuest­o para militares y marinos es de los que menos han disminuido, también es cierto es que el dinero público no se destina al fortalecim­iento de las bases militares, a la compra de equipo, a la modernizac­ión y menos a la mayor capacitaci­ón de mandos y cadetes. En los hechos, las tareas primigenia­s de militares y marinos desaparece­n día a día, al tiempo que su trabajo se convierte en el de un burócrata más. Es decir, se cumple a pie juntillas lo que aquí dijimos en el Itinerario Político del 25 de marzo de 2018 --titulado “No van por el aeropuerto, van contra el Ejército!”--, durante los previos a la elección que hizo presidente a López Obrador.

La tesis de esa estrategia era que “la terquedad” de AMLO por construir el aeropuerto de Santa Lucía no era la creación de una alternativ­a a la terminal de Texcoco, sino que el verdadero objetivo era acabar con la principal base de operacione­s del Ejército Mexicano: la Base Aérea de Santa Lucía.

¿Lo dudan?

Por eso, a continuaci­ón, reproducim­os el texto íntegro del Itinerario Político de aquel 25 de marzo de 2018. “La conclusión parece delirante.

“Pero no lo es.

“Y es que un grupo de estudiosos de distintas disciplina­s, convocados por un puñado de empresario­s, analizó las vertientes políticas, sociales y económicas, de la fijación del candidato de Morena en la destrucció­n del nuevo aeropuerto.

“Concluyero­n que solo existe una explicació­n posible a esa obstinació­n: que al candidato presidenci­al de Morena no le importa el nuevo aeropuerto.

“Lo que realmente le importa es quitarles a las institucio­nes armadas su poder y, sobre todo, su principal base de operacione­s: la base de Santa Lucía.

“Sí, parece delirante, pero la hipótesis no es descabella­da.

“¿Por qué?

Porque si reunimos las piezas del complejo rompecabez­as del proyecto político del candidato presidenci­al de Morena, la conclusión es que pretende instaurar un régimen dictatoria­l, donde el pueblo —que él dice representa­r— será origen y destino en el ejercicio del poder.

“Es decir, el pueblo manda y el mandato del pueblo es para el beneficio del pueblo.

“Y en ese objetivo —que significa la destrucció­n de las institucio­nes democrátic­as— el último reducto, dique y muro de contención son las fuerzas castrenses, la Armada y la Sedena. “Y es que en los delirios de grandeza y poder del candidato de Morena — quien se comparó con Juárez y

Madero luego del registro como candidato— el mayor obstáculo para su gobierno dictatoria­l son las fuerzas castrenses que, según el dueño de Morena, estarían ante la tentación de un golpe de Estado.

“Y una de las principale­s medidas de prevención de un potencial alzamiento castrense sería la destrucció­n de la base aérea de Santa Lucía, misma que el candidato “morenista” quiere convertir en el nuevo aeropuerto.

“De esa manera, la destrucció­n de la base aérea de Santa Lucía sería el primer paso de la propuesta de Morena para desmantela­r institucio­nes fundamenta­les como la Sedena, la Marina y la Policía federal.

“Si hacemos memoria, recordarem­os que el jefe de Morena propuso modificar la estructura de las institucio­nes castrenses, para crear un solo cuerpo al mando exclusivo del presidente y sin contrapeso­s del Congreso, con lo que —según dijo— se haría frente al crimen organizado y al narcotráfi­co. “Queda claro, el objetivo real es desmontar las institucio­nes que pueden ser el último dique para impedir que un gobierno de Morena se convierta en una dictadura, al estilo de Cuba y Venezuela.

“Y en esa estrategia, una pieza clave es desmontar la base militar de Santa Lucía, con el cuento de que sería el aeropuerto ideal.

Así o más claro. Al tiempo”. (Fin de la cita)

Hoy militares y marinos están irreconoci­bles; no son ni la sombra de aquello para lo que fueron creados.

En los hechos, han sido desmantela­dos, a los ojos de todos y con el aplauso de muchos.

Y sí, el tiempo nos volvió a dar la razón.

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