Eneyda, emblema del espíritu humanista del rochismo
En medio de la temprana ola de especulaciones sobre la integración del próximo gabinete estatal, fue el propio doctor Rubén Rocha Moya, virtual gobernador electo, quien, ante las reiteradas preguntas por parte de la prensa, deslizó que existe una sola posición segura, la de su hija mayor —la también doctora en Educación—, Eneyda Rocha Ruiz, como presidenta del Sistema DIF Sinaloa y del Voluntariado Estatal. Un cargo honorario, valga recordar, sin sueldo, pero con altísimas responsabilidades, sobre todo en un gobierno con profundo sentido humanista, como el que se propone encabezar el connotado político, escritor y académico.
Eneyda fue factor clave en el triunfo electoral de Rocha, como enlace con tres sectores, las mujeres, el magisterio y los jóvenes, cuyo pulso conoce a la perfección porque, fiel a su vocación docente, sigue siendo maestra de aula en la UAS.
Con la discreción y sencillez que la distingue comenzó a asomarse en forma tímida al inicio de la precampaña, a través de publicaciones en redes sociales que con el tiempo alcanzarían impresionantes niveles de viralización. Su primera aparición pública ocurrió el día del registro oficial de la candidatura de Rubén Rocha como candidato, en la sede del Instituto Estatal Electoral. Allí estuvo, al lado de su padre, justo en el lugar que le habría encargado su señora madre, la profesora Socorro Ruiz de Rocha, dama de entrañable recuerdo. La pródiga vida de la esposa del próximo gobernador acabó tempranamente por el cáncer, hace cinco años. Su memoria inspiró el más reciente de los 13 libros del doctor Rocha, La Coco, como era llamada con cariño, “la maestra Coco” de generaciones de alumnos en Guamúchil y Culiacán.
Mujer toda bondad, amor, compasión, empatía, Eneyda, además, conoce a la perfección el andamiaje en materia de obra social, puesto que ha acompañado a su padre en sus décadas de lucha en pro de los más necesitados, desde que era una niña. Hoy es una señora casada y con hijos que vive la realidad que enfrentan las familias sinaloenses, las mujeres, las niñas y los niños.
Sin perder su proverbial dulzura, hoy emerge con una fuerza nueva, sus ojos despiden un poderoso fulgor y en esta campaña, cuentan, se convirtió en una auténtica generala, con un don de mando y un poder de movilización que le dan dos cualidades que heredó del doctor Rocha y de la maestra Coco, además de la vocación docente, organización y disciplina.
Eneyda Rocha Ruiz está llamada, pues, a ser alma, corazón, motor de los tiempos de radical transformación que vienen, a partir del 1 de noviembre, para bien de Sinaloa. Así sea.
FELICIANO, EL ESTRATEGA. Una, entre todas las constancias de mayoría entregadas ayer por la autoridad electoral a candidatos ganadores, reviste particular trascendencia para el futuro del estado, la que avala al maestro Feliciano Castro Meléndrez como diputado del treceavo distrito a la 54 Legislatura del Congreso del Estado, con el talentoso joven Juan de Dios Gámez Mendívil como diputado suplente.
Se trata de dos de las figuras más cercanas no solo a los afectos de Rubén Rocha, sino a su historial de batallas sociales.
En especial Feliciano, quien ya fue diputado local en la 58 Legislatura, donde encabezó la bancada de izquierda y fue integrante de la entonces Gran Comisión, hoy Jucopo.
Castro Meléndrez es el autor de la estrategia desarrollada a lo largo de cuatro años para conducir los esfuerzos de Rocha Moya hasta llegar a donde se encuentra, a un paso de asumir la gubernatura de Sinaloa para el periodo 2021-2027.
Un operador político del más elevado calibre, ese es el diputado electo Feliciano Castro Meléndrez. ¡Enhorabuena!