El Debate de Los Mochis

“Yo me voy porque no voy a arriesgar a mi hijo. Nadie sabe lo que nosotros hemos pasado en nuestro país”

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Retomando la ruta, comenta que por Veracruz “estaban asaltando, más adelante nos quitaron todo”. A raíz de eso, tuvieron que pedir dinero “de estado en estado, le hemos pedido ayuda a la gente. A los hombres casi no les ayudan, nos ayudan más a nosotras mujeres y a los niños. Así hemos podido avanzar hasta llegar acá”. De Irapuato viajaron en tren hasta Guadalajar­a, en donde tuvo la última comunicaci­ón de su prima; la cual se quedó en Ciudad de México. Para viajar en tren se han acercado a las estaciones, donde piden el favor de subirse al tren estacionad­o, ya que no han podido tomarlo en marcha, como se suele hacer. A la altura de Nayarit se les acercó un ‘pollero’ y les dijo “por cada uno de los niños le daban el doble que lo que le podrían dar por un adulto. En los trenes se subía las mafias, a las mujeres las violaban, a los niños los secuestrab­an. Imagínese si cinco hombres se suben al vagón con ustedes, ¿qué harían cuatro hombres contra cinco?”. Esto les generó miedo y se bajaron del tren y caminaron desde Tepic hasta Arenales. Cuenta que en Mazatlán se repitió este escenario con dos hombres, por eso decidieron que ahora solo viajarían en autobuses que transiten por la carretera libre.

Platica sobre cómo han sobrevivid­o: “Nos apoyan con dinero, a veces con comida. Aquí en los albergues nos han apoyado con ropa, nos han ayudado bastante”. Comenta que en los albergues solo les permiten estar un máximo de 24 horas, y que en este albergue de Culiacán es donde su estancia ha sido más larga. En cuanto al coronaviru­s, parece no ser tan importante: “Ninguno de nosotros se ha enfermado”, a pesar de eso, dice que cargan con gel antibacter­ial y cubrebocas.

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