El feminismo es feminicida
La palabreja “feminicidio” es un invento incorrecto introducido en el lenguaje actualmente, como un elemento nuevo revolucionario bastante agresivo, en el contexto ya muy complejo y multifacético de la guerra contra las mujeres, que he mencionado en ocasiones anteriores. Los que hablan del asunto adoptan la apariencia de indignación y se exhiben como defensores de ellas y promotor de su “empoderamiento” y de la campaña para liberarlas de la opresión y de toda clase de abusos de que los hombres las hacen víctimas, pero la realidad es que, al sacarlas del hogar, deliberadamente como lo dijo Lázaro Cárdenas en 1939, las están empujando a toda clase de peligros físicos e inmoralidades en la promiscuidad. Todo esto no es producto natural del devenir espontáneo de nuestra vida normal en sociedad, ni deriva de nuestras tradiciones, sino que se nos están imponiendo alevosamente los programas perversos de los poderes transnacionales manejados por el judaísmo internacional, cuyo cuartel general es la ONU, con sede en Nueva York, en cuya institución se han creado varias dependencias para difundir la llamada “ideología de género”, como la IPPF (International Planned Parenthood Federation) y la GEAR (Gender Equality Architecture Reform). Por medio de estas y otras dependencias, la ONU asignó a México en el año
2010, una cuota de mil millones de dólares para realizar el programa de la “perspectiva de género” y el Gobierno se comprometió a impulsar y apoyar esto, según informó Rocío García Gaytán el 2 de marzo de 2010, siendo presidente del Instituto Nacional de las Mujeres. Por eso hay “candidatas” en todas las elecciones.