Cerrando ciclos

Llegó el verano con su tremendo calor y con sus cierres de ciclos

Algunos cierran ciclos con cortes de cabello, otros con retiros espirituales y luego están aquellos que cierran ciclos escolares; de primaria, de universidad o, en el caso de mi hermana, de prepa (big shoutout Wendy, es un gran logro).

La cosa de los ciclos es que hay que cerrarlos para entonces abrir nuevos. Se tiene que acabar un capítulo para empezar el otro, se tiene que despedir para poder volver a decir hola, y se tiene que graduar para entonces entrar en un año nuevo.

«El chiste es también no terminar las cosas solo por terminarlas, sino entender el significado y lo que dejan en nosotros»

He ahí de donde viene el dicho que cuando una puerta se cierra, otra se abre. ¿O era una ventana? Bueno, tal vez son las dos, porque a decir verdad, cerrar ciclos puede dejarnos un sinfín de oportunidades.

Hace un tiempo, en algún curso de Daniela González (@danielalifecoach) explicó cómo muchas veces por no “cerrar ciclos”, el ciclo se sigue manifestando. Puede ser con otro nombre o con otro estilo, pero con el mismo sentido en el fondo.

Por eso, el chiste es también no terminar las cosas solo por terminarlas, sino entender el significado y lo que deja en nosotros.

El fin de un maratón es hasta que se cruza la meta, y solo entonces podemos empezar una nueva carrera.

Con esto quiero llegar más que nada a disfrutar el recorrido, pero también encontrar lo lindo que es terminar. A entender las posibilidades que se abren al saber terminar. Como bien se dice, unos cierran con broche de oro, y esto más que nada para dejar la vara alta a un buen comienzo.

Entonces termino más que nada felicitando a todos aquellos que terminaron el ciclo escolar, especialmente a los de tercero de prepa, pronto partirán a una nueva etapa padrísima. Pero también para todos aquellos que sienten que han cerrado algún ciclo, ¡felicidades! Han abierto ahora un sinfín de posibilidades.

Ana en Rose.