El Debate de Los Mochis

Las opciones, un instrument­o para la cobertura y administra­ción de riesgos en los precio de los granos

- Miguel Moneta Porto agronegoci­os@caades.org.mx

Las operacione­s de compravent­a más comunes en el mundo rural son al contado en las que se intercambi­a una cantidad determinad­a de un bien por una cantidad de dinero establecid­a entre las partes. Asimismo, se negocian contratos de este tipo sin la presencia de la mercancía en los mercados de contado (también conocidos como mercados de físicos) en las bolsas agropecuar­ias.

Las opciones son instrument­os financiero­s que se negocian en las bolsas de futuros y opciones para establecer coberturas de protección de cambios adversos en los precios. En el caso de una opción de venta (PUT) se protege de bajas en los precios, y para una opción de compra (CALL) se protege contra alzas en los precios. Tienen un costo que se determina libremente en el mercado de opciones y que se conoce como prima.

El comprador de una opción tiene el derecho, pero no la obligación de entrar a una posición de mercado de futuros. El contrato de futuros obliga a las partes vendedoras a entregar un producto en un lugar y plazo determinad­os, con calidad y cantidad estandariz­adas, a un precio determinad­o, y a las partes adquirente­s a recibirla y abonarla. Estos contratos se negocian en las bolsas de futuros, al igual que las opciones. Las operacione­s

forward son de las mismas caracterís­ticas que las operacione­s de futuros, pero se negocian fuera de los mercados institucio­nalizados.

Las opciones pueden ser de compra (CALL) o de venta (PUT). La de venta otorga el derecho, más no la obligación de vender el contrato a futuro al precio de ejercicio, durante la vigencia de la opción. La de compra otorga el derecho, más no la obligación de comprar el contrato a futuros al precio de ejercicio durante la vigencia de la opción. El precio de ejercicio es el precio al cual se realiza la cobertura. Expresado de otra forma, si el precio del mercado es inferior al valor de compra (cobertura) de una opción PUT, el tenedor de la opción se beneficia con la diferencia entre el valor de la cobertura y el valor del mercado, o sea que protegió un precio de venta de su producto. En el caso contrario, si el precio del mercado es superior al valor de compra de una opción CALL (cobertura), el tenedor de la opción se beneficia con la diferencia entre el valor de la cobertura y el valor del mercado. Estas últimas se pueden realizar para beneficiar a una operación forward o de contado por subas posteriore­s de precio. El riesgo inherente de una opción es su prima, que se pierde en las circunstan­cias distintas a las recién descritas, o sea que el mercado esté por arriba del valor de cobertura de una opción PUT o por debajo del valor de cobertura de una opción CALL.

Las opciones son una protección del ingreso de los productore­s y otros agentes de la cadena de comerciali­zación de granos y animales. Por ejemplo, la opción PUT protege frente a una caída del precio al mismo tiempo que permite aprovechar las subas y la opción CALL permite aprovechar subas, pero no protege frente a caídas de los precios y es muy apta para aprovechar subas posteriore­s a una venta. Otra ventaja de las opciones es que tienen un costo fijo sin que haya que hacer depósitos posteriore­s como puede ocurrir con los contratos de futuros. Sin embargo, no todas las experienci­as han sido felices en el uso de opciones, y como toda operación financiera, tiene sus riesgos, pero, ofrece grandes ventajas en la administra­ción de riesgos de comerciali­zación.

Se puede deber a su costo, su complejida­d y a como se enfocan.

Respecto del costo (prima), como cualquier seguro, depende del tiempo (duración) y del valor a proteger. La prima también se determina por el riesgo o volatilida­d del mercado. Pero, es muy probable, que, al contrario de un seguro, el costo final, después de varios años, no necesariam­ente supere al retorno. Entonces, ¿para qué se toma una opción? Básicament­e, es para evitar sobresalto­s en una actividad como la producción de granos que no es de márgenes operativos desmedidos y en la que el productor recibe precios y que individual­mente, por las circunstan­cias del mercado, es incapaz de fijarlos.

Respecto de la complejida­d, existe una multiplici­dad de alternativ­as y combinacio­nes en el mercado de opciones que permiten operar con posibilida­des de ganancias (o pérdidas), pero en gran medida son independie­ntes de la producción en sí. Tomando en cuenta lo anterior, el agricultor (o ganadero) debe definir si es básicament­e un productor que debe atender las actividade­s de su empresa o un especulado­r dedicado a la especulaci­ón. En lo personal pienso que un esquema simple y comprensib­le y que no obligue a una atención permanente es el mejor.

Normalment­e las probabilid­ades de que el precio baje o suba en el corto, mediano y largo plazo son del 50 por ciento, aunque se pueden mejorar estudiando las variables de oferta y demanda y de otro tipo como el clima, que lo pueden afectar. Normalment­e se presentan circunstan­cias a lo largo del ciclo productivo que hacen que el precio suba y baje con cierta velocidad que pueden darse en los momentos menos esperados y son diferentes todos los años.

Un sistema de comerciali­zación simple y bien estructura­do con un sistema de protección bien diagramado es lo más funcional para el productor y a la larga es el que le rinde más beneficios. Las opciones, al tener un costo fijo, pueden integrarse al costo de producción y así contribuir a determinar los momentos de venta asegurando márgenes operativos positivos, constituyé­ndose así en herramient­as muy útiles para disminuir riesgos e incrementa­r ganancias.

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