El Debate de Los Mochis

¡’Chocolates’: López sigue pagando deudas al crimen!

- Ricardo Alemán itinpol@yahoo.com.mx

¿Qué significa el decreto presidenci­al para regulariza­r, de facto, los llamados “autos chocolate”?

¿Por qué, de manera repentina, un decreto presidenci­al que legaliza los automóvile­s ilegales que llegan a México?

¿Por qué, luego de la “Reunión de Alto Nivel” entre México y Estados Unidos, López firma un decreto que daña, sobre todo, a la industria automotriz mexicana, una de las más importante­s del mundo y clave del T-MEC?

¿Por qué un decreto que, en los hechos, parece un guiño al crimen organizado, luego que el gobierno de Biden exigió al gobierno de AMLO la entrega de capos criminales y el fin de los ataques al T-MEC?

La respuesta a todas las interrogan­tes anteriores parece elemental.

En efecto, se trata de un señuelo político, solo para los oídos del crimen y que significa que el presidente López Obrador intenta “curarse en salud”.

Pero vamos por partes.

Como saben, el 8 de octubre Obrador sostuvo un “Encuentro de Alto Nivel” –así lo llamó la Cancillerí­a–, con influyente­s del gobierno de Biden, como Antony Blinken, secretario de

Estado; Merrick Garlon, fiscal general y Alejandro Mayorkas, jefe de Seguridad Nacional.

Luego del encuentro, el gobierno de AMLO y la Cancillerí­a solo dieron a conocer generalida­des sobre el resultado. Nada concreto.

Sin embargo, fuentes del gobierno mexicano –que pidieron anonimato–, aseguraron que el presidente Obrador ordenó que las principale­s exigencias de Estados Unidos no se dieran a conocer a en México.

¿Y cuáles son esas exigencias?

1. Poner fin a la violencia en México.

2. Entregar una docena de cabezas de capos del crimen organizado en no más de 90 días.

3. Tramitar de inmediato el visado para agentes de la DEA.

4. Frenar la violación de Derechos Humanos en el gobierno de López.

5. Poner fin a la violación de las reglas del T-MEC y, sobre todo…

6. Cerrar la frontera a migrantes de Centro y Sudamérica, con fines político electorale­s.

Como queda claro, las exigencias del gobierno de Biden no son menores y, más bien, significar­ían un cambio radical a las políticas públicas del gobierno de López.

Por eso a muchos políticos y servidores públicos –en México y Estados Unidos–, les llamó la atención que pocos días después de ese encuentro, el presidente mexicano decidiera anunciar de manera pública –y como una acción prioritari­a–, un decreto “para regulariza­r los autos chocolate”.

¿Qué significa un decreto presidenci­al para legalizar los autos ilegales que llegan a México por miles cada día?

Casi nada; se trata de un mensaje a los cárteles criminales para que entiendan que pueden llevar adelante el tráfico de autos, con total impunidad y complicida­d del Gobierno federal. A pesar de que con tal decreto AMLO rompe sus acuerdos con los enviados de Washington, sobre la entrega de cabezas criminales, el fin de la violencia y el freno a los ataques al T-MEC. ¿Y por qué esa decisión llamó la atención, no solo en México, sino en Estados Unidos?

Por eso, porque en los hechos, el decreto que legaliza los autos “chocolate” es un pago a las bandas criminales que financiaro­n la campaña presidenci­al de Obrador.

Pero, sobre todo, es un guiño a los barones del crimen para decirles que, a pesar de las presiones de Washington, el presidente Obrador cumplirá sus deudas y sus compromiso­s con las mafias que sumen al país en la violencia.

Es decir, López “se cura en salud”, a pesar de que está obligado a combatir a sus aliados y, sobre todo, porque pactó con el gobierno de Biden la entrega de cabezas como la de Ovidio Guzmán, entre muchos otros jefes mafiosos.

Lo cierto es que López Obrador juega con fuego –juega con las bandas criminales–, y tarde o temprano terminará “chamuscado”.

Al tiempo.

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