Trabajar para combatir la pobreza y el sufrimiento
La confederación internacional Oxfam formada por 19 organizaciones no gubernamentales, que busca a través de la acción humana y la voluntad política erradicar la pobreza y generar condiciones de igualdad social, acaba de presentar en México un documento de nombre ¿Quién paga la cuenta? Los mitos detrás de los impuestos a las grandes fortunas en México. El documento busca crear conciencia ante la inminente necesidad que existe de mejorar las condiciones para fiscalizar, pues consideran que a pesar de ser México una gran economía, recauda impuestos a niveles similares que países con ingresos bajos. Incluso menciona que aun sin corrupción, el dinero púbico sería insuficiente para cumplir con las obligaciones del gobierno debido al poco margen de maniobra, ya que de cada 100 pesos, se gastan $15.00 en pensiones, $10.00 en deuda pública, $19.00 en programas sociales y $14.00 en participaciones a estados y municipios. Actualmente los gastos ineludibles del gobierno federal representan casi $40.00 de cada $100.00 del gasto total, por eso es importante el desarrollo y crecimiento económico para generar riqueza e invertir en infraestructura para disminuir la desigualdad.
Pero ¿quién paga la cuenta frente a las crisis en México? El impacto en el bolsillo de todas las familias no fue el mismo, los más afectados fueron la mayoría de las personas y según Coneval 9 de cada 100 personas están en pobreza extrema, por eso el incremento salarial propuesto por la administración actual es un acierto. Por otra parte, las fortunas de los superricos creció 117 veces más rápido, su riqueza incrementó en 33% del inicio de la pandemia a noviembre 2022, y al parecer esos números no se reflejan en la hacienda pública debido a que una parte de ellos y sus empresas utilizan estrategias para disminuir el pago de los impuestos. Oxfam concluye que cuando los superricos no pagan, pagan otros. Entonces ¿quién paga los impuestos en México? Al ser el IVA y el IEPS impuestos al consumo y regresivos, los hogares más pobres terminan pagando más como proporción de sus ingresos totales, situación que lleva varias décadas y que en esta última ha sido más evidente, pues la recaudación hacia las personas trabajadoras representa el 6.66% del PIB -impuesto sobre nómina, seguridad social e ingresos personales- y 3.90% de las empresas o por riqueza impuestos progresivos-. Qué hacer en estos casos, con una sociedad tan marcada por las desigualdades económicas y sociales donde el 1% más rico -1.2 millones de personasson los dueños de $47.00 de cada $100.00. Ante el escenario actual, Oxfam México ha puesto en el centro del debate, generando polémica el analizar la creación de un impuesto a las grandes fortunas mexicanas con una capacidad recaudatoria de 270,000 mdp, que se cobraría un 2% a quienes tengan activos mayores a 20 mdp, 3% aquellos mayores a 100 mdp y 5% para los supermillonarios de 20,000 mdp en adelante. Dejando de lado la propuesta de Oxfam, considero que en México y particularmente en Sinaloa la solución está en los impuestos municipales, específicamente el impuesto predial, en conocer su capacidad recaudatoria, en diseñar una nueva tasa de equilibrio -equitativa y justa, y aprovechar los avances tecnológicos que permitan hacer sinergia con los tres niveles de gobierno para identificar, registrar y cobrar por cada propiedad, para que no paguen los mismos de siempre.