Pakistán, el río revuelto que preocupa
Dubái, Emiratos Árabes Unidos.- Para Europa, Medio Oriente y Asia resulta vital mantenerse alertas a lo que acontece en Pakistán, a continuación trataré de explicarles por qué. Pakistán solía ser una región dentro de la colonia de las indias, bajo dominio del imperio británico hasta el año de 1947 cuando obtuvo su independencia, pero es importante entender el contexto en que esta independencia se da, pues ese pasado explica mucho de la situación presente.
A diferencia de Gandhi, que buscaba que las indias se independizaran de los británicos bajo una misma nación, existían otros liderazgos que pugnaban porque se dividieran regiones geográficas basados en creencias religiosas, sobre todo los seguidores del Islam, que al ser solo la cuarta parte de la población, veían muy pocas posibilidades de arribar al poder bajo una democracia representativa.
Fue así como los mismos británicos crearon líneas fronterizas de manera apresurada y desconociendo aspectos socioculturales, lo que provoco el éxodo de más de 12 millones de personas, así como la muerte de más de un millón de seres humanos por los encuentros violentos durante los desplazamientos, dejando un lastre de crisis humanitaria que derivó en rencillas y rencores que prevalecen hasta la actualidad entre indios y pakistaníes.
La República Islámica de Pakistán quedó dividida entre Pakistán del Este y Pakistán del Oeste, divididos por la India, quien financió movimientos separatistas en Pakistán del Este, lo que en 1970 derivó en lo que hoy es la nación independiente de Bangladesh, esto sumado a otros acontecimientos tensaron aún más las relaciones entre la India y Pakistán.
Con la caída de la Unión Soviética en los 90 y la aparición de naciones en Asia Central con grandes reservas de energéticos, pero que no tienen acceso al mar, Pakistán se posicionó como un corredor estratégico, siendo el puerto de Karachi la salida hacia el mundo de estos países. Pakistán hoy por hoy es un país pobre, con un bajo índice de desarrollo humano, con una economía sobrerregulada y con la omnipresencia del ejército, que hace de su incipiente democracia una mera simulación, pues en toda su historia ninguno de sus primeros ministros electos ha terminado su mandato, antes que eso van a la cárcel, el exilio o la muerte.
Lo que hoy tiene verdaderamente preocupados a todos es el intento de asesinato que sufrió hace unas semanas el popular y carismático ex primer ministro Imram Khan, que desató una serie de protestas y provocó la aparición de grupos terroristas que estaban hasta hoy en la clandestinidad. Todo lo anterior resultar poco relevante para la comunidad internacional de no ser porque Pakistán es la quinta potencia nuclear del mundo, albergando más de 160 ojivas nucleares y un ejército de más de 1.5 millones de elementos.
Ante los problemas económicos y de inestabilidad social, las fuerzas armadas de Pakistán recurrieron a China, su principal aliado, a la vez que lanza una estrategia llamada “Desangrar a la India en mil pedazos”, pues acusa a esta nación de intromisión.
Lo anterior ha elevado las tensiones diplomáticas entre China y la India y por lo tanto ha llamado la atención de las principales potencias mundiales, pues a nadie conviene un conflicto entre las dos naciones más pobladas del planeta.