Lorenzo Córdova y su mediocre intento de asustar con el petate del muerto
Vaya actividad que trae por todos lados el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, quien en una campaña desesperada por evitar que se reforme nuestro Sistema Electoral, ha abandonado su posición de árbitro y ahora parece candidato en campaña. Al parecer, el Dr. Córdova dejó de lado la imparcialidad que conlleva su cargo, ese que se supone está defendiendo, ya que con sus impugnaciones a las reformas del llamado “Plan B”, lo único que ha logrado es evidenciarse ante la sociedad como un funcionario que se acostumbró a vivir como todo un rey a costa del erario público, y que ahora está siendo utilizado por ciertos poderes fácticos que se oponen a modernizar, simplificar y hacer más funcional el entramado electoral que nos rige.
Con lo anterior no digo que todo lo que se incluye en esa reformas sea necesario o favorable, ya que hay aspectos que considero deberían retomarse y analizarse más a detalle, como por ejemplo el tiro de gracia que se le estaría dando a la meritocracia, al pretender deshacerse de aquellos trabajadores del INE que por años se especializaron en la materia, esperanzados en superarse laboralmente con base a un servicio profesional de carrera.
Del mismo modo habría que validar el impacto que podría tener la famosa “cláusula Salgado Macedonio”, misma que surge de la eliminación de una fracción del artículo 456 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE), con lo que se concede una salida legal para que, todos aquellos políticos denunciados por algún delito como actos de corrupción y hasta acoso sexual, puedan mantener sus derechos políticos-partidistas y ser candidatos a otro puesto de elección popular. Lo anterior bajo el argumento de la no existencia de una resolución judicial definitiva, cosa que ya sabemos puede durar una eternidad en darse debido a la lentitud y corrupción que suele imperar en el Poder Judicial. En el mismo sentido está quizá el valorar mejor la decisión de eliminar el Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP). Pero en fin, estos son sólo algunos puntos de los que no debemos de pasar por alto, justo como se hizo con la otra cláusula, la denominada “de la vida eterna”, que afortunadamente se echó para atrás, ya que de manera cínica y ventajosa, se facultaba la transferencia de votos para que esos partidos sin respaldo social, pudieran seguir manteniendo su registro y viviendo del presupuesto público.
Resaltar y posicionar este tipo de argumentos es algo que contribuye a un fortalecer la opinión pública en relación a los cambios electorales que se proponen. Lo que no aporta nada es la postura parcial adoptada por quien dirige al INE, máxime cuando con sus declaraciones pretende asustar con el petate del muerto, aduciendo que con cualquier reforma al Sistema Electoral vigente, se dinamitaría su funcionalidad, se acabaría con nuestra democracia o se correría el riesgo de que las próximas elecciones fuesen anuladas. Nada más alejado de la verdad.
¿O en serio creerá el aún presidente del INE que con tan apocalípticos argumentos va a convencer a los ciudadanos? La verdad es que no le vemos rentabilidad a sus advertencias por lo que a sus posibles destinatarios se refiere, pues en quienes conforman el llamado “círculo rojo” hay capacidad de análisis para refutarlo, y para el grueso de la población, es tal el desprestigio en que ha caído Lorenzo Córdova, que ni lo que diga y haga les hará cambiar su respaldo a AMLO, el cual a pesar de estar ya en su penúltimo año, mantiene una aceptación popular cercana al 60 %.
Incomprensible, pues, esta postura del consejero presidente del INE, quien no sólo ha perdido toda credibilidad, sino que además parece estarle haciendo el trabajo sucio a una oposición que, en lugar de acercarse a sus bases y abanderar de nuevo las causas sociales, insiste infructuosamente en seguir jugando en la cancha que mejor domina el presidente: la del manejo mediático.