Tasa de interés: ¿inflación o crecimiento?
Así como el gobierno federal ahora discute entre justicia y el respeto a la ley, el Banco de México debate entre combatir la inflación o hacer crecer la economía. El acuerdo para elevar la tasa de interés indica que las autoridades prefieren bajar la inflación a costa de sacrificar la producción nacional y el empleo.
Efectivamente, el Banco de México tomó la decisión de aumentar la tasa de interés en 50 puntos base, para ubicarla en 11% a partir del 10 de febrero. El principal argumento de esta decisión es el pronóstico oficial de mayor inflación a lo largo de este año. En enero, esta se situó en 7.91% y la tendencia es que sea más elevada.
La inflación es un desajuste entre oferta y demanda agregada en el ámbito nacional. Oferta es todo lo que produce el país, y demanda es la capacidad adquisitiva que tiene la población en su conjunto. Entonces, si hay inflación es porque existe menor cantidad de productos en el mercado, o porque existe demasiado dinero en circulación.
En este simplificado escenario, para reducir la inflación solo hay dos vías: hacer crecer la producción o reducir la cantidad de dinero. Al aumentar la tasa de interés se optó por una solución monetaria, y no por el crecimiento económico. A final de cuentas esta es una decisión de política económica, pero la forma más sana de abatir los precios es produciendo más bienes y servicios.
El aumento en la tasa de interés reduce la inflación, porque el crédito se encarece y el ritmo de actividad económica también se reduce. Esta medida genera cierre de empresas y mayor desempleo. En contra partida, una tasa de interés elevada atrae capital internacional y se fortalece el tipo de cambio del peso. Ello eleva las importaciones y reduce las exportaciones.
Por eso, aumentar la tasa de interés es adecuado cuando se trata de una medida temporal. Para que haya éxito, el gobierno federal debe poner en marcha una estrategia para que haya crecimiento económico nacional, estimulando la producción en los diversos sectores de actividad económica. Las medidas antiinflacionarias monetarias, deben crear condiciones para que crezca la producción real.
El problema que hoy se presenta en México es que no existe ningún proyecto gubernamental para mejorar sustancialmente la economía nacional. Las cosas no están peores, debido a que está llegando inversión extranjera de manera inercial, a raíz del creciente conflicto político entre Estados Unidos y China y por la reconstrucción de cadenas productivas internacionales.
En esta coyuntura, México tiene la oportunidad de ser altamente beneficiado y lograr tasas de crecimiento económico sustancialmente mayores. Sin embargo, está claro que la construcción de una economía nacional fuerte, moderna y competitiva no está entre las prioridades del gobierno de la república. Al contrario, hoy se combate la inflación a costa de profundizar la recesión económica.