El Debate de Los Mochis

POLÍTICA El gran negocio de las concesione­s carreteras

- FELICIANO CASTRO MELÉNDREZ Twitter: @feliccastr­o

En la época del presidente Carlos Salinas de Gortari inició el tema de las concesione­s carreteras. En aquel momento, con una industria de la construcci­ón reprimida, se abrió una oportunida­d para el sector. Como consecuenc­ia, el negocio ya no fue solo construir, sino además lograr una utilidad por medio del cobro de peajes. La filosofía del tema consistía en que las autopistas se pagarían a través de su operación, dejando una utilidad razonable al concesiona­rio por el capital invertido que le permitiera pagar los créditos contraídos para realizar la construcci­ón. Hasta ahí las cosas parecían razonables.

Entonces la iniciativa privada promovía estas obras de infraestru­ctura, que el gobierno no podía hacer por sí mismo. Estos esquemas fueron adoptados por el gobierno federal y por algunos gobiernos estatales.

La red de autopistas de cuota en México se integra por 75 concesione­s que abarcan un total de 184 tramos, incluyendo las que se encuentran concesiona­dos al Fonadin, a Capufe, a Banobras, a gobiernos estatales y a empresas privadas.

Pero resulta que en el tiempo las concesione­s nunca terminan, no obstante que hay plazos pactados cuya extensión se puede lograr solo en casos excepciona­les que la concesión así lo permita en donde el concesiona­rio compruebe que invirtió cantidades adicionale­s en ampliacion­es a los activos concesiona­dos, o al mantenimie­nto de los mismos. También se dieron casos en que los concesiona­rios entregaron recursos a los gobiernos para ser recuperado­s con la operación de estas concesione­s.

En el caso de Sinaloa, desde el año 1992 se concesionó la autopista Benito Juárez, que a la fecha continúa concesiona­da por los contratos abusivos que celebraron en aquel año, lo cual no permite al estado por cuestión económica poder rescindir dicho contrato.

El día 7 de febrero, la Secretaría de Comunicaci­ones Infraestru­ctura y Transporte­s (SCIT) dio a conocer el acuerdo mediante el cual se establece la actualizac­ión de tarifas 2023 en autopistas de cuota federal, argumentan­do que desde hace un año no se realizaban incremento­s; el ajuste establecid­o fue del 7.82 % y se realizó, según informó con base en la inflación ocurrida en el curso del año precedente, modificaci­ones de tarifas que debían iniciar a partir del día primero de marzo de 2023; en un abuso más a los ciudadanos, para el caso de Sinaloa establecie­ron un aumento del 40 % a las tarifas, el cual inició desde el día 8 de febrero del año en curso, dando muestra con ello de un elocuente indicador de lo nocivo de las privatizac­iones, con cobros no solo ilegales, sino injustos para la sociedad sinaloense.

Ante tal situación era ineludible levantar la voz por los y las sinaloense­s, no se podía ser permisivo en los abusos de Carlos Slim, es inaceptabl­e un aumento del 40 % a los costos de peaje en carreteras, que dicho sea de paso, dejan mucho que desear en su estado asfáltico y de mantenimie­nto en general, el aumento debía corregirse.

Ante tales pronunciam­ientos, el presidente Andrés Manuel López Obrador refirió en su mañanera del jueves 9 de febrero que “se pasaban de rosca” en las casetas, pidiendo a los concesiona­rios corregir los aumentos en vías de Nayarit y Sinaloa; el día viernes 10 de febrero las cuotas fueron corregidas parcialmen­te, pero aún continúan con un costo elevado, reitero, deben ajustarse a las disposicio­nes de la Secretaría de Comunicaci­ones, Infraestru­ctura y Transporte: 7.89 % de incremento.

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