El justo medio
Me permito acudir a una magnífica frase plasmada en la divina comedia: “Los confines más obscuros del infierno están reservados para aquellos que eligen mantenerse neutrales en tiempos de crisis moral”. Y en este marco podríamos ubicar a quienes eligen estar en “el justo medio”. En lo personal, no lo considero así. Podemos estar cobardemente en el justo medio para evitar compromisos y eludir riesgos. Pero igual podemos estar en el justo medio cuando no comulgamos plenamente con ninguno de los dos extremos, sobre todo cuando éstos se radicalizan.
Y en este caso, nos declaramos libres, por encima de conductas dogmáticas, para poder evaluar con objetividad las acciones de ambos extremos y estar en condiciones de aportar nuestro granito de arena para tratar de mejorar las cosas.
Sumergirnos en uno de los dos extremos, nos podría llevar a aprobar todo lo que en él se haga y descalificar, en automático lo que hagan los de enfrente.
Está postura es reduccionista, impide ser reflexivos y justos, igualmente impide colaborar para mejorar el pensar y el hacer del grupo al que pertenecemos, además de privarnos de lo positivo de la corriente “opositora”.
Colocarnos en el justo medio, nos permite una visión panorámica y con ello asumir la mejor postura para tomar óptimas decisiones.
El verdadero “justo medio” es no someterse, es ser librepensador y colocarse por sobre cualquier dogma.
El dogma se define como “Punto esencial de una religión, una doctrina o un sistema de pensamiento que se tiene por cierto y que no puede ponerse en duda dentro de su sistema” por lo que ninguna postura ideológica con tintes dogmáticos puede calificarse como progresista.
La verdad universal no existe y esa falacia es el marco que cobija al dogma. En él, la verdad de hoy es la verdad única, sin aceptar, ni remotamente, la posibilidad de estar equivocados.
El justo medio puede ofrecer la posibilidad de corregir posturas, de enriquecer la propia y tolerar la ajena, lo que emana madurez y grandeza interior.
No obstante, la línea que divide “el justo medio” cobarde y “el justo medio” librepensador, es muy delgada, por lo que no es fácil evitar cruzarla.
El primero es despreciable, mientras que el segundo es loable. Lo idea es cobijarnos en este último, en el justo medio librepensador.
Por un México digno y unido hagamos un pacto de valentía, entereza y verdadero patriotismo.
Gracias