El Debate de Los Mochis

Sigue el legado de su mamá con la machaca

- Liza López liza.lopez@debate.com.mx

Si en Mocorito preguntan por machaca, el nombre de “Doña Chila” es el primero en surgir, pues fue la primera en dedicarse a la venta de carne seca de res. Hoy, 14 años después de su partida, su hijo Diego Faustino Camacho, mejor conocido como “Tanito”, sigue su legado con la preparació­n y venta de este producto mexicano.

El inicio del gran éxito María Auxiliador­a Sánchez inició con este negocio familiar hace alrededor de 40 años, en el Mocorito de los años 80, cuando le surgió la idea de preparar la tradiciona­l machaca mexicana. Cuentan que comenzó a vender por pequeñas bolsas que distribuía en los abarrotes de la vecindad. “Ella tenía un puesto de frutas en el mercado municipal, pero empezó a hacer carne. Ella era muy hiperactiv­a, muy lista y muy buena para trabajar, a ella no se le atoraba la carreta en nada”, comentó su hijo. Su pequeño emprendimi­ento cobró éxito y su machaca de res paulatinam­ente se volvió famosa en Mocorito.

“Ella fue la fundadora del negocio y la pionera aquí en Mocorito”, afirmó Diego Camacho.

El pase de estafeta

De joven, Diego junto a sus tres hermanos se acercaba a la mesa de trabajo en la que su mamá preparaba la carne y aprendía lo más básico. “Siempre decía que aprendiéra­mos porque no se sabía hasta cuándo iba a poder (trabajar)”, expresó. Doña Chila falleció el 17 de mayo del 2009, dejándole a su hijo Diego Faustino Camacho las llaves del negocio, con la esperanza de que permanecie­ra vigente. Aunque su papá fue el que se encargó de la comerciali­zación por un tiempo, pronto la edad le comenzó a cobrar factura y tuvo que dejar la venta de machaca, por lo que Diego y su esposa, Elodia Cásarez, tomaron las riendas del negocio. “Nosotros vamos y compramos la carne en el mercado municipal. Es pura carne de la región y la pura pulpa, no usamos de segunda”, aseguró el comerciant­e.

Preparació­n

Diego Faustino comentó que para la elaboració­n de machaca se compra carne netamente local, vendida en el mercado municipal, para después lavarla y limpiarla y se le aplica sal.

“La sal es el elemento principal de la carne, y además el secreto que le ponemos nosotros. Pero eso no se dice”, dijo entre risas. Posteriorm­ente, se deja secar el producto durante dos días en una malla al sol. “Ya esa carne no se toca hasta en dos días, por la noche, para que no haya moscas”, explicó.

Una vez que la carne está completame­nte seca, se traslada a un asador grande con carbón para su cocimiento, y después pasar por dos procesos de molino.

“El primer molino tritura la carne y el segundo le saca todo el nervio”, indicó. Después se coloca sobre una mesa y se tapa con un mantel para que se enfríe. Camacho Sánchez señaló que aunque no es un proceso complicado, sí es una labor ardua y cansada, pues requiere de mucho tiempo para su preparació­n.

“Si empezamos a asar a las 05:00 de la tarde, termino más o menos entre 02:00 o 03:00 de la mañana.”

Sin duda, la elaboració­n de este producto mexicano requiere dedicación y esfuerzo, pues su preparació­n implica un lapso de más de dos días desde el primer paso, que es limpiar la carne y dejarla secar.

Sazón especial

Su sabor único y casero ha logrado que la machaca de Doña Chila permanezca siendo la favorita de todos, pues incluso los turistas son orientados por los habitantes locales a comprar en ese lugar. Cada viernes de plaza, el delicioso aroma viaja hasta la plazuela municipal y antoja a todos los presentes.

“En diciembre hemos llegado a comprar más de 200 kilos de carne, porque se vende más”, explicó. Aunque la elaboració­n y venta de machaca es un negocio común, Diego Faustino está seguro de que no hay ninguna como la de su mamá.

“Ahorita hay muchos que venden, pero ninguna se compara con la calidad y el proceso que le damos nosotros. Es carne de la mejor y de la región”, resaltó.

Junto a su esposa, Elodia, “Tanito”, como le conocen popularmen­te, ha logrado que el legado que dejó su mamá ahora dé frutos abundantes. Ahí, en su pequeña pero acogedora casa, se mantiene vivo el recuerdo de Doña Chila y su sazón sigue impregnado en cada paquete de machaca que se vende.

“Mi mamá era muy limpia para trabajar, y también era muy amable con todos sus clientes. La gente la quería y fue muy conocida”, rememoró.

Y gracias a ello, en la actualidad, la venta de machaca de Doña Chila cuenta con más de 40 años en el mercado del pueblo de Mocorito, deleitando el paladar de cientos de personas.

Mi mamá fue la pionera con la preparació­n de machaca aquí en Mocorito. Empezó con poco y le seguían pidiendo."

Este negocio tiene más de 40 años, usamos carne de la mejor y de la región; ninguna se compara con la calidad y proceso.”

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