El amor ha sido el motor para la familia que formaron Rosa y Mario
Los vecinos de esta ciudad reconocen que no ha sido fácil el camino que emprendieron hace 40 años, pero sí lleno de satisfacciones, como sus 3 hijos
Rosa María y Mario comenzaron su historia de amor hace 40 años: eran unos jóvenes cuando el destino los hizo coincidir en un baile que se celebraba en la colonia Rubén Jaramillo.
Mario, al ver a esa joven, unos años más chica que él, quedó deslumbrado, tanto que sintió que su corazón se aceleraba y fue en ese momento que decretó que ella era el amor de su vida, sería su esposa y la madre de sus hijos y así fue.
Inicio de su historia
“Yo la miré y dije, ella va a ser la madre de mis hijos y aquí nos tiene, fue amor a primera vista y con el tiempo nos fuimos conociendo, yo tenía 27 y ella 22”, recordó con evidente emoción al traer de vuelta esos recuerdos. Mientras tanto, Rosa María le quita la palabra y dice que aunque no le gustaba mucho por “mechudo”, al final la convenció y a los 17 días de conocerlo decidió iniciar una vida a su lado.
Recuerda que el comienzo no fue fácil. Su esposo salía mucho de la ciudad porque formaba parte de un grupo musical, pero aun así siempre el amor estuvo en medio de ello. Al tiempo tuvieron a su primer hijo.
En su historia había momentos buenos y malos, pero en casa siempre buscaban el bien de la relación y el bienestar de la familia que habían formado.
Luego vino el segundo hijo y a los años la tercera. La familia Romero Ibáñez estaba completa.
“Tenemos tres hijos, tres nietos y tres bisnietos. No ha sido fácil, pero aquí estamos, apoyándonos, los problemas son cosas que pasan. No todo ha sido fácil, pero hemos aprendido a sobrellevar todos los momentos malos, y los buenos ni se diga“, indicó.
La clave
Asimismo, con esa magia que solo le da el verdadero amor, Rosa María y Mario pueden verse a los ojos y refrendar que la decisión que tomaron hace cuatro décadas fue sin duda la mejor, aunque aceptan que hay situaciones que si puedan cambiarlas o mejorarlas, lo harían sin pensar.
“Hoy llevamos una vida tranquila, con nuestro amor, con nuestra familia, hasta donde Dios nos lo permita, puedo decir que nuestra historia ha sido de amor sincero, un amor bonito y hermoso, no me equivoqué cuando dije que aquella muchacha iba a ser la madre de mis hijos”.
Nuestra historia ha sido de amor sincero, un amor bonito y hermoso. No me equivoqué"
MARIO ROMERO
MOCHITENSE