Tras el terremoto, Turquía se vuelve contra los constructores inmobiliarios
Aunque en el papel las normas son respetadas, “cada constructor pasa el suyo”, dice el arquitecto Aykut Köksal, en referencia a que el control es una negociación laxa
Ankara. La foto de un constructor inmobiliario detenido cuando intentaba huir de Estambul es el símbolo de la indignación en Turquía contra las mafias de la construcción, acusadas por el derrumbe de miles edificios durante el terremoto de hace una semana.
El conjunto residencial “Rönesans” (Renacimiento) construido en Antakya, al sur de Turquía, tenía ocho plantas y 250 apartamentos. Presentado como un entorno de lujo, con piscina, la torre se derrumbó sobre sus habitantes. Este edificio es uno de los miles que colapsaron tras el sismo de magnitud 7.8 ocurrido el lunes pasado a la madrugada y con un saldo, solamente en Turquía, superior a 30,000 muertos.
Frente a la creciente indignación, retratada en la prensa y difundida por las redes sociales, las autoridades turcas reaccionaron rápidamente con decenas de detenciones y mandatos de arresto que se multiplican.
El domingo diez personas ya estaban detenidas, entre ellas dos promotores inmobiliarios que intentaron huir a Georgia, mientras 114 estaban prófugas, anunció el ministro turco de Justicia, Bekir Bozdag. El destino de la residencia “Rönesans” se convirtió en un caso emblemático de las malas prácticas denunciadas desde hace tiempo.
Irregularidades
En su declaración, el constructor de la residencia “Rönesans”, Mehmet Yasar Coskun, rechazó las acusaciones en contra suya y de sus socios. “Yo ignoro por qué se derrumbó el edificio. Se emitieron todos los permisos después de que la municipalidad y la compañía de control efectuaran los estudios”, afirmó. Otro caso es el del hotel Isias, en Adiyaman, donde fallecieron 35 miembros de la delegación de voleibol juvenil de Chipre del Norte.
Varios testigos afirmaron a la cadena de televisión NTV que el hotel había sido cerrado debido a “irregularidades” en la construcción, pero que volvió a abrir.
“Quiero que esta gente sea juzgada, son asesinos”, afirmó un familiar de una víctima. Un testigo contó que vio las paredes romperse como si fuera hojas de papel. La reacción del gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan -que está en campaña con miras a las elecciones generales del 14 de mayo- no tiene precedentes.
En 1999, cuando otro terremoto había dejado 17,000 muertos, el primer arresto se dio a los seis meses