Al quedarse sentada, puso a México de pie
“Lo que más permanece en la memoria es aquello que puede contarse”
La expresión “ni muy muy ni tan tan” es un simple más o menos, ayuda al sentido común y permite cierta holgura para tratar el tema que sea y si es político queda a todo dar. La semana transcurrida dejó una sensación de esperanza, el gesto de dignidad de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández, presentó al Poder Judicial como lo que es, un par del Legislativo y del Ejecutivo, por lo tanto, no debe subsumirse a ninguno de ellos.
No hay un poder mayor en la República, son tres que la equilibran y dan razón de ser, cada uno debe cumplir lo que la constitución le ordena. La soberbia del Ejecutivo no sorprende, las descalificaciones a la ministra presidenta pintan de cuerpo entero al régimen. El centralismo es viento entre los muros del palacio. Por décadas se ha buscado que el federalismo sea efectivo, controlados por la relación fiscal los estados tienen poco margen de maniobra. Este gobierno se ha empeñado en figurar, dirán ustedes que antes también, el punto es que hacen lo que dijeron que no harían, es un viraje tras otro, el camino trazado o al menos anunciado hace mucho dejó de ser el proyectado.
Al quedarse sentada nos puso de pie. La ministra presidenta puso el punto a la i, el 5 de febrero tuvo una claridad republicana que entusiasmó por su significado. No hay un poder mayor, hay tres poderes que cargan el peso de la nación. El respeto si no se tiene, debe aprenderse.
El valor del pensamiento crítico se mostró. El presidente de
Cuba recibió la mayor distinción que entrega el Gobierno mexicano a un extranjero, López Obrador condecoró con la “Orden del Águila Azteca” al dictador Díaz-Canel, los intelectuales mexicanos de izquierda reprobaron el hecho, argumentaron que representa un régimen que cancela libertades civiles y políticas. Así como lo lee.
La gran contradicción de nuestro tiempo es que no debatimos ideas, es una tarea pendiente. Descalificamos, denostamos, repudiamos y cuando se hace desde el poder como lo hace el presidente -que purifica lo que le conviene- se logra dividir a un país. Al hombre presidente no le interesa la unión entre regiones ni entre las y los mexicanos. Sus palabras repetidas al infinito; fifís, conservadores y neoliberales, son un mantra de destrucción. La cuarta transformación no se explica sin el deterioro a las instituciones nacionales, la destrucción del INE y la corrupción real.
¿Y las casetas? Bien, gracias. Increíble el porcentaje de aumento, no se midieron, la inflación sobre el 8 %, el peaje sobre el 40 %, recalcularon y quedó sobre 25 %, es decir, me reclaman, pongo menos y éxito conseguido, están contentos, tanto, que en otro gobierno hubieran hecho una crítica feroz, pero con nosotros no, eso piensa y eso tiene 4t-gobierno. Falta mucha organización a la sociedad civil, el senador Zamora alzó la voz por Sinaloa en el Congreso, el gobernador aprovechó la recta para no quedar en desventaja. Punto. Mas acción no se ve. Ni se verá al parecer, porque él tiene una forma curiosa de hacer las cosas, se le olvidó muy pronto el tema del fideicomiso que dijo investigaría.
POSDATA. Osorio y Moreno, uno senador coordinador, el otro presidente, deben ponerse al nivel que los necesita México. “Ni muy muy ni tan tan”, hacer lo que corresponde; política, y de altura. No se trata de ellos, se trata del país.