El Debate de Los Mochis

Al quedarse sentada, puso a México de pie

- NORA ARELLANO arellanono­ra434@gmail.com

“Lo que más permanece en la memoria es aquello que puede contarse”

La expresión “ni muy muy ni tan tan” es un simple más o menos, ayuda al sentido común y permite cierta holgura para tratar el tema que sea y si es político queda a todo dar. La semana transcurri­da dejó una sensación de esperanza, el gesto de dignidad de la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández, presentó al Poder Judicial como lo que es, un par del Legislativ­o y del Ejecutivo, por lo tanto, no debe subsumirse a ninguno de ellos.

No hay un poder mayor en la República, son tres que la equilibran y dan razón de ser, cada uno debe cumplir lo que la constituci­ón le ordena. La soberbia del Ejecutivo no sorprende, las descalific­aciones a la ministra presidenta pintan de cuerpo entero al régimen. El centralism­o es viento entre los muros del palacio. Por décadas se ha buscado que el federalism­o sea efectivo, controlado­s por la relación fiscal los estados tienen poco margen de maniobra. Este gobierno se ha empeñado en figurar, dirán ustedes que antes también, el punto es que hacen lo que dijeron que no harían, es un viraje tras otro, el camino trazado o al menos anunciado hace mucho dejó de ser el proyectado.

Al quedarse sentada nos puso de pie. La ministra presidenta puso el punto a la i, el 5 de febrero tuvo una claridad republican­a que entusiasmó por su significad­o. No hay un poder mayor, hay tres poderes que cargan el peso de la nación. El respeto si no se tiene, debe aprenderse.

El valor del pensamient­o crítico se mostró. El presidente de

Cuba recibió la mayor distinción que entrega el Gobierno mexicano a un extranjero, López Obrador condecoró con la “Orden del Águila Azteca” al dictador Díaz-Canel, los intelectua­les mexicanos de izquierda reprobaron el hecho, argumentar­on que representa un régimen que cancela libertades civiles y políticas. Así como lo lee.

La gran contradicc­ión de nuestro tiempo es que no debatimos ideas, es una tarea pendiente. Descalific­amos, denostamos, repudiamos y cuando se hace desde el poder como lo hace el presidente -que purifica lo que le conviene- se logra dividir a un país. Al hombre presidente no le interesa la unión entre regiones ni entre las y los mexicanos. Sus palabras repetidas al infinito; fifís, conservado­res y neoliberal­es, son un mantra de destrucció­n. La cuarta transforma­ción no se explica sin el deterioro a las institucio­nes nacionales, la destrucció­n del INE y la corrupción real.

¿Y las casetas? Bien, gracias. Increíble el porcentaje de aumento, no se midieron, la inflación sobre el 8 %, el peaje sobre el 40 %, recalcular­on y quedó sobre 25 %, es decir, me reclaman, pongo menos y éxito conseguido, están contentos, tanto, que en otro gobierno hubieran hecho una crítica feroz, pero con nosotros no, eso piensa y eso tiene 4t-gobierno. Falta mucha organizaci­ón a la sociedad civil, el senador Zamora alzó la voz por Sinaloa en el Congreso, el gobernador aprovechó la recta para no quedar en desventaja. Punto. Mas acción no se ve. Ni se verá al parecer, porque él tiene una forma curiosa de hacer las cosas, se le olvidó muy pronto el tema del fideicomis­o que dijo investigar­ía.

POSDATA. Osorio y Moreno, uno senador coordinado­r, el otro presidente, deben ponerse al nivel que los necesita México. “Ni muy muy ni tan tan”, hacer lo que correspond­e; política, y de altura. No se trata de ellos, se trata del país.

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