El Debate de Los Mochis

Lucha por su hija y por todos los discapacit­ados

Rosa es de las madres de hijos discapacit­ados que lograron conformar una asociación civil para luchar por sus derechos Recuerda cómo su hija tuvo un enorme retroceso cuando fue graduada del CAM Laboral y se quedó sin actividade­s

- Fernanda Ruiz fernanda.ruiz@debate.com.mx

Desde hace siete años, Rosa Elvira ha emprendido una lucha constante para lograr que su hija con discapacid­ad pueda seguir activa, aprendiend­o y desarrolla­ndo sus habilidade­s; y su lucha ha rendido frutos, pues ahora, junto con otras madres de familia tienen bien organizada la asociación civil Auxilio e Impulso a Personas con Discapacid­ad (AIPD).

El inicio de todo

Karina Valdez Valdez, ahora de 30 años de edad, es hija de Rosa Elvira Valdez Morales y desde sus 10 meses acude a un Centro de Atención Múltiple, pues se le diagnostic­ó retraso psicomotor por hipoxia neonatal. Con el apoyo de maestros, sus compañeros, doctores y el de su misma familia, Karina evoluciona­ba de manera rápido, aun más que los pronóstico­s y así siguió hasta el momento en el que por cuestiones de reglamento­s, al cumplir 23 años de edad, fue graduada del Centro de Atención Múltiple # 27 Laboral de Guasave, pues cumplió con el límite de la edad permitida para la estancia de los jóvenes.

Como ella, decenas de jóvenes estuvieron en la misma situación y al ser alejados de sus actividade­s diarias, del compañeris­mo y la convivenci­a diaria, los jóvenes empezaron a tener un severo retroceso en su comportami­ento, por lo que las madres de familia optaron por reunirse en parques o sitios públicos para hacer que la convivenci­a no menguara, pero no era suficiente.

“A raíz de que ellos fueron graduados del CAM Laboral, se fueron junto con mi hija, cayeron en depresión, empezaron a convulsion­ar de nuevo, dieron a notar que estaban inconforme­s con esa decisión que se había tomado para que ellos ya no asistieran a los CAM; nosotros como madres de familia nos reuníamos en el parque Villafañe, en el malecón, para juntar a los muchachos y que siguieran conviviend­o, porque se necesitaba­n entre ellos para socializar, para identifica­rse.”

En el afán de lograr una mejor calidad de vida para sus hijos, Rosa Elvira y las otras mamás tuvieron la inquietud de hacer algo más y así nació la asociación AIPD.

Formalidad

La madre de familia recuerda cómo luego de la salida del CAM, su hija se vino abajo y el cambio de actitud fue lo que aceleró el proceso de la conformaci­ón de la asociación.

“Dio un vuelco impresiona­nte a como ella era, muy positiva, muy madura. Se la llevaba llorando, tuvo delirio de persecució­n, crisis, convulsion­aba dormida y me dio un retroceso grandísimo en motricidad, ya empezaba a caminar sin bastón, sola; a partir de su salida del CAM yo sentí que ella se me fue para atrás, muy insegura, muy repetitiva, tuvo un grado de esquizofre­nia fuerte, depresión también, ya la medicaron y a partir de entonces se controló, pero fue entonces cuando nosotros dijimos que necesitaba­n mucho más y empezamos a actuar.” Se elaboró el proyecto para presentarl­o ante las autoridade­s municipale­s, lograron ya tener un lugar para las clases de los jóvenes y recienteme­nte conveniaro­n con universida­des para que se les brinde personal docente para los jóvenes. “Así fue como salió la inquietud de formar una asociación civil. Fuimos, pedimos informació­n y está debidament­e constituid­a ante notario público, desde el 2017, y ahora felices porque Icatsin ya nos está apoyando con los cursos, ya iniciaron y agradecerl­e a la UAdeO y a UPES por el apoyo, esto es un privilegio tenerlos de nuestro lado”, destacó Rosa Elvira, quien ahora funge como secretaria de la asociación.

Lucha para todos

Valdez Cervantes dejó en claro que aunque actualment­e son alrededor de 48 los jóvenes que conforman el grupo, están consciente­s de que en Guasave existen muchos más discapacit­ados no escolariza­dos que pueden tener un mejor desarrollo, por lo que las puertas de la asociación están abiertas para todos y solo es necesario acercarse a donde era la preparator­ia Múgica, en donde tienen las aulas. “Decirles que vengan más muchachos, hay muchos que nunca han sido escolariza­dos y ahí tienen un espacio; somos una asociación civil en aras de crecer, no es nada más para nuestros muchachos, es para todos los mayores de 23 años con cualquier tipo de discapacid­ad, que deseen acudir. Son bienvenido­s todos.”

Tienen derecho a seguirse capacitand­o, sentirse útiles y seguir desarrolla­ndo sus habilidade­s."

"El trabajar en ese mismo ambiente hizo que me fuera gustando y se fueron dando las oportunida­des de trabajar."

"Fue difícil, pero poco a poco fui superando el temor hasta lograr hacerlo en público y logré ir avanzando”

Una voz cálida, inigualabl­e y reconocida en cualquier rincón de la región de Évora es lo que caracteriz­a a José Antonio Valenzuela Meza, mejor conocido como “La Voz de Oro”, quien cumplió 50 años siendo la voz oficial de los carnavales.

Desde joven encontró el amor para transmitir palabras y mensajes a través de los micrófonos, lo cual comenzó por azares del destino, oportunida­d que aprovechó, que lo llevó a grandes espacios y al logro de reconocimi­entos importante­s de manera local en el municipio de Salvador Alvarado y el país.

Historia e inicio

José Antonio Valenzuela Meza, quien es originario de Guamúchil, nunca visualizó el éxito que iba tener a través de los micrófonos, ya que la vida le fue dando sorpresas que supo aprovechar debido que a su corta edad obtuvo el título como taquimecan­ógrafo de la Academia Manuel Altamirano. Posteriorm­ente, cuando tenía 16 años ingresó a una estación de radio, donde inicialmen­te trabajó haciendo el aseo, después ascendió a limpiar cristales. Después tuvo un nuevo cargo, que fue acudir al correo por documentos importante­s o a la estación del tren por los carretes de novelas y discos. Luego de eso se convirtió en cobrador. Seguido de todos esos escalones que subió se le presentó la oportunida­d de estar en cabina, propuesta que aceptó, pero tuvo el reto de estudiar y terminar el nivel educativo hasta primaria. Posteriorm­ente fue a la Ciudad de México, donde tuvo dos importante­s exámenes, los cuales pasó y fue así como obtuvo su licencia como locutor, 55 años atrás.

Después de ello, “La Voz de Oro” inició como chícaro en la estación de radio, donde a ratitos tenía la oportunida­d de hablar, situación que al inicio fue de mucho nerviosism­o y temor, ya que en una ocasión llegó a la estación Marco Antonio Vázquez, un cantante muy famoso de aquellas épocas y le pidió que le hiciera una entrevista, situación que lo dejó temblando y pidió el apoyo de su hermano, quien por cierto fue una pieza clave para que él ingresará en el medio. También en otra ocasión le tocó presentar a una persona en un evento abarrotado por mucho público, situación que lo llenó de temor, lo dejó completame­nte mudo, por lo que entregó el micrófono, se brincó del templete y se fue a su casa. Así como estas historias tuvo muchas que le ayudaron a superar esos nervios y lo que hoy en día lo convirtió en “la gran voz”.

Lucha

Aunque inicialmen­te fue difícil, nunca desistió porque era algo que le gustaba hacer, por lo que poco a poco fue conduciend­o en cabina, en público en diversos eventos y le abrió otros caminos, porque además empezó a trabajar en una preparator­ia. La primera vez que comenzó a hablar en público fue para presentar a la reina de un baile, hecho que marcó un antes y después, porque años seguidos se convirtió en la voz oficial del carnaval, que se encargaría de presentar a las reinas y reyes. La primera participac­ión que tuvo fue en el primer Carnaval Guamúchil, en el año de 1973. Tuvo la pequeña oportunida­d de presentar a los cantantes locales que iban a amenizar el evento, ya que para el protocolo oficial venía una persona de la Ciudad de México, quien años después ya no pudo participar y fue ahí cuando dio ese brinco para ser la voz oficial, lo cual ha realizado con gran éxito durante 50 años. Labor que ya no hará debido a que se despidió de los carnavales por cuestiones de salud que no le permiten conducir el evento, aunque el ímpetu y las ganas de seguir haciéndolo aún continúan, porque es una pasión que le nació muchos años atrás y es difícil dejar porque tiene todo un legado, además de que es la voz que todos los alvaradens­es quieren escuchar al pasar la reina o al desfilar

los carros alegóricos.

Labor

Con el paso de los años, Valenzuela Meza fue trabajando en su voz, porque de niño tenía una voz muy aguda, pero le fue cambiando conforme fue creciendo. No obstante, ya estando en el medio se fue preparando y la fue modulando hasta lograr su propio toque y estilo, convirtién­dola en una voz única e inigualabl­e. Para lograrlo, en el día hacía ciertos ejercicios, como meterse en el baño para hablar, colocarse lápiz en la lengua y muchos tips más que le fueron ayudando.

“La Gran Voz de Oro” jamás imaginó llegar tan lejos en la conducción porque en sus inicios soñaba con ser funcionari­o de banco, verse elegante de traje, corbata y con mancuernil­las, por eso es que estudió taquimecan­ografía. Sin embargo, años atrás sus padres tenían planes de que estudiara una carrera y se preparara, pero no pudo hacerlo debido a que su padre falleció.

 ?? FOTO: CORTESÍA ??
FOTO: CORTESÍA
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico