Se les dieron alas a los alacranes
En realidad ellos mismos se las pusieron, por la fuerza y la violencia. Estas palabras son aplicables a los revolucionarios que lograron sentarse en las curules del Congreso Constituyente de Querétaro en 1916-1917 para hacer la Constitución mexicana, que en realidad es, en algunos aspectos, antimexicana, por la rabiosa ideología masónica anticatólica de los diputados, bajo las consignas venidas de los Estados Unidos, plasmadas en los artículos 3, 27 y 130, además del 124. Uno de los más radicales y fanáticos fue Luis G. Monzón, de Arizpe, Sonora, que no fue electo, sino asignado por la mafia política, como él mismo lo dio a entender reconociendo con orgullo revolucionario sus ideas radicales salvajes, aunque después fue expulsado de Sonora por el gobernador, considerado agitador indeseable. Monzón, íntimo amigo de Mújica y de Calles, dijo en la sesión del 28 de diciembre de 1916: “Yo quisiera que nos despojáramos de las preocupaciones morbosas que del hogar llevamos a la escuela y que esta no supo destruir, para que nuestros juicios sean más rectos y acertados... Ahora bien, si el radicalismo debe ser la base de nuestras discusiones en este Congreso, es natural, es lógico, que las decisiones de la Comisión de Reformas sean también radicales y para demostrar que el radicalismo que campea en nuestros dictámenes no es un radicalismo extremo e impracticable, como se cree, me permitiré hacer una breve reseña histórica de la vida social sonorense que está basada en un radicalismo mayor.
EDUCACIÓN. La enseñanza primaria, tanto en las escuelas particulares como en las escuelas oficiales, es “racional”, porque combate el error en todos sus reductos, a diferencia de la enseñanza laica, que no enseña el error, no lo predica, pero, en cambio, lo tolera, con hipócrita resignación. Los ministros de los cultos, especialmente los frailes católicos, no tienen acceso en las escuelas primarias sonorenses, porque sabemos que esos señores, cuando intervienen en la escuela, siempre hallan la manera de imbuir sus errores en la conciencia de los niños, aun cuando den clases de taquigrafía, mecanografía, música o táctica militar. Por este motivo voy a hacer un vaticinio: creo que el primer Artículo que se reformará de la Constitución de 1917 será el Artículo 3, declarando que la enseñanza será “racional”, no laica y creo que esta iniciativa partirá del Congreso Pedagógico.
Nacional”... El vaticinio de Monzón se cumpliría en la época de Cárdenas, que en lo ideológico siempre fue manejado por Mújica. Pero en realidad la escuela laica nunca ha sido neutral, sino siempre antirreligiosa. Todo esto es historia de México y nos explica el especial odio a la Iglesia católica de los políticos revolucionarios de Sonora de aquella época: Obregón y Calles.