Celebra la vida a sus 100 años; se “jubiló” de trabajar a los 98
Zacatecana de origen pero sinaloense de corazón
Nacida el 15 de enero en Moyahua, Zacatecas, al día de hoy Guadalupe Chávez Ortiz tiene 100 años de edad.
Su niñez y su familia
Sus padres fueron Justina Ortiz y Nazario Chávez, un hombre que, como ella, fue longevo con 106 años de edad, aunque “unos dicen que más”.
Recuerda de su niñez que trabajaba junto a su madre en Guadalajara, sitio donde se fueron a vivir, mientras que de su padre recuerda que también le ayudaba a vender dulces y chácharas cuando tenía 9 o 10 años. Un negocio que, por casualidad o destino, realizaría a lo largo de 80 años en el Mercado Garmendia junto a su esposo, a quien conocería años más tarde ahí mismo en Guadalajara.
Jesús Aguilar era el nombre de aquel hombre que la conquistaría: “era muy atento, muy platicador; en pláticas me fijé en él y él en mí”. Con su esposo tendría cinco hijos: Víctor Jesús, Margarita Teresa, Geloy, Teresita y Sandy, además de tener a su primer hijo Luis, quienes a su vez le regalaría la dicha de ser abuela de 16 nietos, 15 bisnietos y una tataranieta en camino.
Su vida, el comercio
Al casarse y ya con dos hijos, Guadalupe Chávez, con 21 años, y Jesús Aguilar, con unos 24 años, llegaron a Culiacán y gracias a un tío de él, trabajaron en el Mercado Garmendia. “Vendíamos muchos paliacates, los de la sierra compraban mucho… calcetines de hombre y así le fuimos metiendo y todo se vendía”, también vendían estambre, mochilas, peines, loterías y mercería. “Yo atendía a dos niñas [sus hijas] y luego iba al Mercado Garmendia en aquellos tiempos en que no había súper”.
En este entonces, Guadalupe recuerda que “quitaban a la gente, nos quitaban. Pues sí le daban muy mal aspecto que hubiera negocios tirados en el piso, hasta que ya les dieron permisos de que hicieran locales de madera primero y después de material”.
En total, fueron ocho décadas de trabajo constante en uno de los lugares más icónicos de Culiacán, convirtiéndose ella junto a su esposo y su familia, en mercaderes que ofrecían sus productos a los transeúntes que iban y venían.
“Duré 80 años trabajando en el Mercado Garmendia y teniendo 98 años de edad, me jubilé”, esto debido a la pandemia y su familia que le rogó tomara una pausa para no poner en riesgo su salud, “al principio yo casi quería ir enferma, ahora hace dos años que ya no voy”.
Por su parte, como trofeo y reconocimiento por su trabajo, Guadalupe conserva un reconocimiento que le dieron como locataria en el año 2007 en una fiesta de locatarios.
Duré 80 años trabajando en el Mercado Garmendia y teniendo 98 años de edad, me jubilé.”
Recuerdos de Culiacán
“Cuando nosotros llegamos a Culiacán me parece que había siete carros, entonces traíamos cajas de mercancía y los niños, y se usaban arañas, una carreta con caballos”. El clima siempre ha sido igual en la ciudad, “a menudo se tenían años terribles de calor… teníamos tres años aquí cuando llegaron los abanicos, dormíamos en catres y con ellos encendidos”.
En este entonces, la gente se divertía en el cine, La Lomita y el Puente Negro, frente al río, dando vueltas a la plazuela, con la visita de los húngaros que venían a leer la mano y cobrar (y que por cierto, una vez intentaron robarse a su hija Geloy), y con la televisión: “aquí apenas se veía. Nosotros en Guadalajara teníamos una televisión chiquita, pero aquí apenas se escuchaba y escuchábamos de México”.
Su consejo para todos
“Mi consejo es trabajar y trabajar, pues si no trabajas no comes, careces de todo porque no recibes dinero y si trabajas tienes dinero.”