Sinaloa va demasiado lento
Este año y el próximo serán decisivos para el presente y el futuro de Sinaloa. Existe un entorno económico muy favorable para colocar a la entidad en la senda del crecimiento sostenido. Pero preocupa seriamente que, por falta de iniciativa gubernamental, no se haga nada y que se dejen ir oportunidades que difícilmente volverían a presentarse.
En el escenario internacional se prevén problemas por escasez de alimentos. En este contexto, Sinaloa tiene ventajas comparativas y competitivas que es necesario saber aprovechar. Aquí existe gran capacidad para producir alimentos, principalmente granos, hortalizas, carne, y productos del mar. Pero los productores carecen de atención, de incentivos y de financiamiento.
También a nivel internacional se aprecia un creciente conflicto comercial entre Estados Unidos y China. Debido a ello, un considerable número de empresas han empezado a retirarse de China. Ahora buscan relocalizar su actividad en regiones que estén cerca del mercado de Estados Unidos. Sinaloa es una región idónea para que se instale este tipo de empresas, pero solas no llegarán.
Ambos fenómenos ofrecen una excelente oportunidad para que Sinaloa inicie un período de crecimiento económico y social. Sin embargo, no se está trabajando para aprovechar esta circunstancia. En el ámbito gubernamental se aprecian muy pocas acciones para reactivar el campo y el mar, y para atraer la inversión de empresas internacionales.
En el vecino estado de Sonora la situación es muy diferente. Ellos ya ubicaron un nicho para el desarrollo regional que seguramente transformará la estructura productiva de esa entidad. Plan Sonora de Energías Renovables, desarrollará todo un sistema productivo generador de energías limpias, a partir del aprovechamiento del litio y de las energías solar y eólica.
En Sonora ya empezaron a ubicarse plantas de automóviles eléctricos, parques industriales para producir paneles solares, centrales de energía fotovoltaica, así como plantas de licuefacción de gas natural. También habrá una cuantiosa inversión para convertir a Guaymas en un centro de comercio internacional, duplicando su capacidad para el manejo de contenedores.
Como puede observarse, Sonora ya se incorporó a la ruta del crecimiento económico regional, pero Sinaloa aún no lo hace. Aquí las cosas se mueven con desgano y pasmosa lentitud. No se ha diseñado ninguna estrategia económica, y tampoco se han definido nuevas prioridades o acciones productivas innovadoras. Prevalece la inercia total.
Resulta hasta cierto punto inexplicable, que un gobierno con tanto poder político carezca de capacidad suficiente para dinamizar su propia economía regional. Falta iniciativa, faltan acciones precisas, falta interpretar el nuevo entorno nacional e internacional. Hoy existe una real oportunidad de futuro que, por ningún motivo, se debe dejar escapar. Los sinaloenses lo reclamarían fuertemente en las urnas.