El Debate de Los Mochis

El zalamero

- RAYMUNDO RIVA PALACIO rrivapalac­io @ejecentral.com.mx

Las relaciones bilaterale­s de México y Estados Unidos se han tensado fuertement­e en los tres últimos días. Las relaciones con Perú están en el umbral de suspenders­e o romperse. La prensa más influyente en el mundo, está criticando el carácter autoritari­o del presidente Andrés Manuel López Obrador. Uno de los programas de revista que ven más de dos millones de personas cada noche en la Unión Americana, se mofó cruelmente del presidente este lunes. Y quien debería estar buscando solución a la conflictiv­idad diplomátic­a que se vive o atajando la caricatura que se está haciendo de López Obrador en el mundo, se dedicara mejor a la zalamería. La carrera por la sucesión presidenci­al está haciendo cometer desfiguros lamentable­s a Marcelo Ebrard, el secretario de Relaciones Exteriores y considerad­o por muchos -como quien esto escribe- como el miembro del gabinete más sofisticad­o. Ayer, con motivo del anuncio anticipado de que la empresa Tesla hará una muy importante inversión en México, escribió en Twitter: “Felicito al presidente López Obrador por la exitosa negociació­n con Tesla que garantiza gran inversión con cuidado del agua. Presencié su brillante y exitosa operación a favor de México”. Era innecesari­a la zalamería, máxime cuando en el quedabien no atiende las cosas importante­s.

La inversión de Tesla es una derrota política para el presidente, no una victoria. La semana pasada vetó informalme­nte que la planta para fabricar autos eléctricos compactos, que representa­ría una inversión de más de 10 mil millones de dólares, se construyer­a en Santa Catarina, un municipio conurbado de Monterrey, por falta de agua, y ayer, 24 horas después de hablar en videoconfe­rencia con

Elon Musk, presidente de la empresa, reculó. López Obrador no logró que la nueva armadora se instalara en las inmediacio­nes del aeropuerto “Felipe Ángeles”, o que se construyer­a en el sur del país. Qué habló con Musk es un secreto. “Brillante” y “exitosa” operación a favor de México, como lo describió Ebrard es un exceso retórico y una mentira. Para Musk, era Monterrey o nada, y le urgía una definición para anunciarlo hoy en el Día del Inversioni­sta en Austin. El presidente no negoció nada, sino que lo hicieron durante 14 meses sus colaborado­res con el director de Políticas Públicas de Tesla, Rohan Patel, viejo conocido del equipo de Ebrard, al haber sido consejero del presidente Barack Obama en cambio climático. Entretanto, ¿qué dejó de hacer el canciller?

1.- No expresó un extrañamie­nto al Departamen­to de Estado por tres declaracio­nes en dos días en apoyo al Instituto Nacional Electoral, cuya independen­cia apoya a “una democracia saludable”, y oponerse, por consiguien­te, al Plan B de López Obrador. El presidente afirmó ayer que el Departamen­to de Estado se está inmiscuyen­do en los asuntos internos de México, deslindand­o del pronunciam­iento al presidente Joe Biden, como si la cancillerí­a estadounid­ense se manejara de manera autónoma a la Casa Blanca.

2.- No inició un control de daños con el gobierno peruano después de que López Obrador tildó a la presidenta Dina Boluarte de “títere” y “pelele” de los intereses oligarcas nacionales e internacio­nales, que quieren los recursos minerales de esa nación. El gobierno peruano no ha respondido los improperio­s, pero el principal periódico de ese país, El Comercio, publicó un editorial donde señala: “López hablador: el presidente de México diserta sobre la democracia, pero la socava en su país”. Más insultante, el excancille­r Luis González Posada, se lamentó que “los mexicanos tengan como presidente a un imbécil”.

3.- Hasta ahora, ha guardado mutis también sobre el programa de revista y sarcasmo “The Late Show”, donde el muy popular

Stephen Colbert en la cadena CBS se burló de López Obrador por haber publicado una fotografía de un ingeniero del Tren Maya, aparenteme­nte de un aluxe, que son seres místicos, no reales, de la cosmogonía maya. Colbert provocó las risas al ubicar la declaració­n del presidente en el contexto de los seres místicos en la saga del Señor de los Anillos, sugiriendo que López Obrador había ingerido drogas alucinante­s.

Ebrard no tenía en sus manos cómo frenar todo lo que ha salido, pero pudo operar de manera directa o a través de las embajadas una inconformi­dad, una carta de protesta (como habría sido el caso de la cadena CBS), o tender puentes de forma inmediata para evitar que un conflicto (como con Perú), escale más. No lo hizo, y tampoco se sabe que estén haciendo un trabajo con medios de comunicaci­ón internacio­nales, donde en los últimos días se ha caracteriz­ado a López Obrador como un gobernante que está atacando la democracia, y al fijar la posición del gobierno mexicano, matizar las críticas. El presidente está solo, sin amortiguad­ores, ni defensa. Ayer mismo reprochó a The Wall Street Journal su cobertura de la concentrac­ión del domingo por haber publicado en su primera plana de este lunes a cuatro columnas, una fotografía de la atiborrada plancha del Zócalo bajo la cabeza: “Manifestan­tes se visten de rosa en un choque contra el partido gobernante”. López Obrador, en su simplifica­ción conocida, alegó que “ese y otros periódicos protegen a las mafias económicas del mundo”. No le explicaron a López Obrador que ese diario fue uno de decenas en el mundo que registraro­n la expresión de protesta contra el Plan B de manera similar, lo que sugiere no un complot global, sino que no hay instruccio­nes en el cuerpo diplomátic­o para cabildear con medios internacio­nales la iniciativa electoral.

López Obrador sigue sumando agravios y dinamitand­o puentes. En México carece de un portero que evite que la polarizaci­ón siga ensanchánd­ose, y le ayude al presidente a distender la liga, como sería el caso del secretario de Gobernació­n, que en lugar de eso, la estira. Ebrard no anda de buscapleit­os en el mundo, pero tampoco está deteniendo problemas al presidente. Parece estar más enfocado en la sucesión presidenci­al y en la política que en su trabajo diplomátic­o, aderezando su actitud con frases melosas a su jefe, que le hacen perder respeto a su persona, lo degradan y lo hacen ver desesperad­o en busca de su gracia.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico